martes, 25 de septiembre de 2007

DE LIBRO AZUL A LIBRO ROJO...



Abrimos un espacio a la discusión sobre el proyecto de reforma que propone el presidente Hugo Chávez. Hoy presentamos la opinión de Germán Febres Chataing de Venezuela sobre una "Constitución a la medida”




Ley de leyes Vs. Rey de reyes

Las constituciones nacionales son un precepto general con valores, principios y enunciados, aceptados mayoritariamente por un pueblo, pensada para permanecer en el tiempo y que producirán otros códigos, leyes y reglamentos. Su principal motivación es la gente, son los ciudadanos. De hecho las constituciones emanan de ellos o se dedican a los mismos. Es un contrasentido mayúsculo concebirlas a la medida de un determinado mandatario.
El proyecto de reforma constitucional presentado por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es mucho más que una mera reforma, y al mismo tiempo en vez de perfilar un modelo de país lo que persigue es la creación de condiciones favorables, legales y fundacionales, al proyecto político, estilo de gobierno y las ideas personales de él mismo, incluida la reelección indefinida.
Por ello advertimos el peligro de que se deseche la estabilidad constitucional.
Del mismo modo que por mucho tiempo Chávez fue subestimado, incluso desde los años de su paso por la Academia Militar de Venezuela, la revolución chavista se ha venido subvalorando por parte de gran cantidad de actores políticos, que la han considerado solamente justificación o maquillaje de un gobierno autocrático de corte cívico-militar, mientras ésta se ha dedicado a defender en la calle – políticamente y de otros modos - cada centímetro conquistado e incorporado a su influencia revolucionaria.
No se trata de una revolución ligth, sino de una revolución con dinero, con el experto asesoramiento de operadores cubanos quienes por décadas han ingeniado y afinado tenaces mecanismos de control político, una revolución sin confrontación militar convencional en el campo de batalla, que no logra disimular con éxito sus restricciones a la libertad, pero que necesita ser una revolución con todas las de la ley.
La votación en diciembre próximo del proyecto de reforma, será más importante que una elección presidencial. Por eso el estudio y el debate de la propuesta de reforma deben llegar a todos los rincones del país.
Es inaceptable el lenguaje presidencial cuando convoca a aplastar y pulverizar al adversario, como ilusa es la creencia de algunos opositores de que con un eventual cambio de gobierno los chavistas deben ser reducidos a su mínima expresión hasta desaparecer. Ninguna política de exterminio puede ser aceptada por las grandes mayorías nacionales ni por el mundo civilizado; los venezolanos sabemos que la resolución pacífica de los conflictos ahorra pérdidas y evita heridas difíciles de cicatrizar.
Los dirigentes, militantes y simpatizantes del movimiento político del actual Presidente de la República permanecerán en la escena, pero tienen que prepararse para la eventualidad de ser oposición democrática en el futuro ¿O es que piensan que nunca perderán una elección? Deben estar preparados para trabajar duro en recuperar el poder mediante elecciones libres de sospechas, como las que llevaron por primera vez a su líder a instalarse en Miraflores.
Para eso hace falta una constitución justa, democrática, humanista y, si se quiere, innovadora. Y la actual proyecta precisamente ese contenido.
Tenemos un gobierno, que es saludable se entrene como oposición, y necesitamos una alternativa al mismo que convenza y demuestre estar preparada para gobernar. Ambos se beneficiarían de contar con un marco constitucional a la medida de los venezolanos y no del gobierno de turno.
Germán Febres Chataing. gerfechat@hotmail.com

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