miércoles, 21 de enero de 2009

NUEVO DIARIO DIGITAL EN INTERNET: INFORME21.COM

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Ahora el Informe Gessen se publica en el diario digital: http://informe21.com/ o http://www.informe21.com/… y si es su deseo, ubíquelo en sus favoritos... Muy cordialmente le invito a visitarnos.

jueves, 11 de diciembre de 2008

¡NO!

Lo más fácil es suponer que está en su mejor momento para lanzar la reelección porque en adelante le va a ir peor. Pero, tratemos de pensar como el personaje y considerar otra opción. Veamos cuál ha sido su proceder:

1. Durante la campaña electoral de alcaldes y gobernadores se ocupó de impulsar al máximo la polarización del país. Para ello, insultó groseramente y utilizó un incendiado discurso para incitar el odio social entre los conciudadanos.
2. Luego de las elecciones no reconcilia ni reconoce los resultados donde los ganadores no fueran de su bando. Por el contrario, desconoció por la vía de los hechos con una sumatoria de arbitrariedades, la voz de los electores y la de los liderazgos emergentes distintos de su credo.
3. También, persigue y ordena acciones hostiles y dispone el “enjuiciamiento” de dirigentes de los sectores que defienden la libertad y el pluralismo.
4. Amenaza a medios de comunicación con el cierre y utiliza a grupos paramilitares para ¿amedrentar? o para, en medio de esta hipótesis, “exacerbar” los ánimos de los contrarios.
5. Paralelo a ello, lanza la propuesta de reelección, de dudosa legalidad, la cual es admitida, por supuesto, por otro de los poderes bajo su control, la Asamblea Nacional.
Habíamos dicho que era una forma de “explotar la victoria” para ocultar su derrota y que estaba en una fase de “contraataque”. No obstante, profundicemos un poco:
Supongamos que está convencido que no ganará la enmienda. Lo cual no es nada extraño. Es lógico presumir que dados los resultados de las dos últimas elecciones, el “NO” a la reelección vencerá. Los más recientes sondeos ya arrojan más del 60 % en su contra. Los análisis situacionales señalan que los disidentes del personaje y de su actual forma de gobernar auparán el NO. Incluso, dentro del propio oficialismo, dirigentes del proceso tanto del Ejecutivo y de la Asamblea, como rectores, magistrados, gobernadores y alcaldes quienes piensan que el futuro histórico de su organización política depende de la salida del personaje, promoverán una vez más “brazos caídos” y votarán NO en secreto. Esta vez evitando que le tomen una foto con teleobjetivo.
En el mismo sentido, todo indica que quienes defienden la libertad ahora cuentan con mayor liderazgo, recursos políticos y sociales, organización electoral y unidad nacional entre partidos, sectores de la sociedad civil, estudiantes y otros factores, lo cual potenciará el voto NO hasta límites insospechados.
Por su parte, los electores pasarán factura por los desconocimientos del personaje a sus sufragios y las abstenciones disminuirán entre ellos porque ya entendieron que la forma de derrotar el autoritarismo es con mayor participación.
Si sabe esto, entonces ¿Por qué el personaje arriesga otra derrota?
Hipótesis uno: Quiere crear tal enojo y tensión entre los demócratas y lanzar una gota que colme el vaso, algo como arrestar a uno de sus líderes, cerrar otro canal de TV o hacer fraude, para que los ciudadanos se desesperen, caigan en las provocaciones y se vuelva incontrolable la situación. Así, podrá decretar el estado de excepción y lograr, de facto, perpetuarse en el poder.
Hipótesis dos: La lucha y el odio de clases, dada las condiciones “objetivas y subjetivas”, incitarán un cruento enfrentamiento y luego de la victoria, sí como piensa la logra, el personaje asumirá el poder para siempre.
Nuestra hipótesis: ¡Esto NO pasará! El personaje saldrá democráticamente en próxima oportunidad.
Vladimir Gessen.

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jueves, 4 de diciembre de 2008

OTRA VEZ, EL CONTRAATAQUE

1. Tal y como lo anunciamos, el comandante aunque perdiera en las elecciones regionales explotaría una “victoria”. La fórmula castrense que escogió para hacerlo, el contraataque, es arriesgada pero piensa que no tiene más opciones.

Hace un par de meses escribimos: “No tenemos ninguna duda, el oficialismo, sean cuales sean los resultados, va a explotar la victoria, aunque salga golpeado y menguado. Por ello, todos y cada uno de los sectores que se oponen al proyecto de Hugo Chávez deben estar listos para explotar la segura victoria que se conseguirá en las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes, independientemente de la dimensión del triunfo. Chávez explotará la victoria y arremeterá sin contemplaciones”.
Desde entonces preveíamos este contraataque que hasta el presente se manifiesta en perseguir y encarcelar a quienes se le opongan, en los ataques a personalidades y medios de comunicación adversos a las pretensiones hegemónicas chavistas, en las arremetidas a dirigentes de la oposición, en las acometidas en contra de los disidentes al chavismo, en el desconocimiento de las nuevas autoridades electas fuera del oficialismo, en la activación del odio social y la lucha de clases, y en plantear una arbitraria enmienda constitucional pro-reelección, entre otras operaciones. Así Chávez experimenta tomar la ofensiva y demostrarse fuerte ante sus seguidores, a la vez de intentar amilanar a sus adversarios.
2. El comandante sabe que sufrió pérdidas significativas en las dos pasadas elecciones. Perdió territorio, espacios geográficos y políticos importantes. Sin embargo, lo considera una derrota táctica y cree que obtuvo un triunfo estratégico porque de acuerdo a su óptica, ahora el proyecto asume mayor control de la base social por el número de alcaldías que conserva, lo cual significa un “aceitado” aparato político. Para el, su maquinaria está ilesa, en su mejor momento y con líderes populares renovados. Su jefatura “creció” al derrotar al “chavismo interno”, mermando el poder de los líderes socialistas que pudieran reemplazarlo: Aristóbulo (líder civil más importante) y Diosdado y Jesse Chacón (líderes civiles y militares). Por otra parte, derrota a la disidencia interna: Podemos, Chavismo sin Chávez, PPT y Partido Comunista.
3. La realidad es otra: Objetivamente, Chávez ha perdido en las dos últimas elecciones. Si bien es cierto que mantiene niveles substanciales de apoyo, no ha logrado levantar cabeza y su soporte tenderá a seguir disminuyendo. De ello está consciente el comandante e intuye que es ahora o nunca en cuanto a reelección se refiere. La crisis económica, la división en las filas oficialistas que se acentuará, el conflicto social que emergerá de las persecuciones, cacerías de brujas y del no dejar gobernar a las nuevas autoridades electas de oposición, lo tienen en preaviso. El necesita una victoria, pero verdadera, y piensa que un plebiscito, como tantos dictadores lo han hecho, lo sostendrá en el poder.4. Pensamos que sí se llega a ejecutar la ilegal enmienda en referéndum, el comandante, sin el “chavismo sin Chávez”, los disidentes y los partidos “apartados”, no podrá vencer. Además, Chávez piensa que se quitó de encima a delfines con aspiraciones presidenciales como Aristóbulo o Diosdado, y en el presente aúpa a otro, al nuevo Alcalde Jorge Rodríguez… Pero, ¿Qué le hace pensar que Jorge, quien fue vicepresidente, no es un nuevo aspirante a quitarse el “vice”?
Vladimir Gessen.

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lunes, 24 de noviembre de 2008

ESTADO DE GANANCIAS Y PERDIDAS

Si algo manifestó el pueblo venezolano con una votación que superó índices históricos, es que esa es la fórmula escogida para definir el futuro que acaba de nacer. Se abre una nueva etapa democrática que durará 4 años, tiempo constitucional de duración de los mandatos de alcaldes y gobernadores, y lapso que le queda de gobierno al presidente de la República.

La oposición venezolana ganó las gobernaciones de los estados más habitados del país y la Alcaldía de Caracas, la ciudad capital. En número de votos, entre las otras gobernaciones obtenidas y las alcaldías, más los votos logrados, aun perdiendo, en los estados y municipios donde ganó el oficialismo, la oposición cuenta con la mitad de los votos del electorado.
El partido de gobierno logró mayor número de gobernaciones y un fuerte respaldo en las zonas menos favorecidas del país. Lo cual demuestra el sentido social que la otra mitad de Venezuela percibe en Hugo Chávez y su “socialismo”.
La nación se ha dividido en dos tendencias contrapuestas. Sin embargo, algo ha quedado muy claro, ambas partes quieren dirimir sus diferencias democráticamente.
Chávez es autoritario, no nos cabe la menor duda, pero justo es reconocerle que en las dos últimas elecciones ha demostrado ser muy diferente a Mugabe, el presidente de Zimbabwe. No le será fácil a sus oponentes seguirle llamando tirano o dictador. Pero, Chávez ha perdido la supremacía del poder. Ya no es el “portaviones” que ungía y con su apoyo entregaba mandatos a gobernadores y alcaldes. Ahora, ser apoyado por Chávez puede ser garantía de perder. Además, Chávez fracasó de hecho y por segunda vez en cuanto a la reelección se refiere. No le será viable inventar una nueva opción "reeleccionista". Su gobierno terminará inexorablemente a principios del 2013. Los oficiales de la fuerza armada ya saben que este comandante en jefe les podrá otorgar un grado de jerarquía adicional, y no ignorarán que de allí en adelante sus ascensos dependerán no de la lealtad política sino de su acatamiento a la Carta Magna.
Los defensores de la libertad y de la democracia tienen ahora una nueva generación de presidenciables. Nos basta nombrar al nuevo alcalde de Caracas, Antonio Ledezma y a los nuevos gobernadores Enrique Capriles, Pablo Pérez, Henrique Salas Feo y a otros noveles dirigentes como Julio Borges, Maria Corina Machado, Leopoldo Lopez, Gerardo Blyde, William Ojeda, o al ya casi “veterano”, Manuel Rosales, para darnos cuenta como se ha ido creando un nuevo liderazgo nacional en el país. Chávez debe reflexionar y comprender esta realidad. En estas últimas elecciones regionales es obvio que “¿el destino?” le eliminó a Chávez a dos de sus competidores internos en la campaña presidencial del 2012: Aristóbulo Isturiz y Diosdado cabello. Esto le permitirá impulsar a su hermano Adán Chávez o a alguien de su extrema confianza para que le garantice que pueda seguir gobernando en Venezuela como lo hace Vladimir Putin en Rusia. No obstante, Chávez tiene que entender que el “socialismo” pasa por la vía electoral y nunca le será posible imponérselo por la fuerza a la mitad del país. Si el “comandante” quiere que su partido sea una alternativa válida en este siglo, tendrá que practicar también la democracia interna en su organización política. Por lo pronto, vendrán las elecciones de la nueva Asamblea Nacional que reflejará la presente y próxima composición de la sociedad. Se acabaron los tiempos de la hegemonía “socialista” en Venezuela.
Vladimir Gessen.
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jueves, 20 de noviembre de 2008

MENU DE UN FRAUDE ELECTORAL

¿Cuál sería el menú de opciones de un presidente tramposo en unas elecciones?

1. La primera opción es el fraude:

1.1. Antes que nada abusar del poder empezando por controlar el tribunal electoral, a través de sus secuaces.
1.2. Utilizar los medios de comunicación del Estado para transmitir mensajes y propaganda parcializada a su favor, sin dar cabida a los candidatos de la oposición.
1.3. Usar los recursos disponibles del gobierno para comprar conciencias y votos sin importar las violaciones a las leyes de salvaguarda y anticorrupción que existan.
1.4. Inhabilitar políticamente a través de ilegales “procesos judiciales” a los principales líderes opositores, para que no puedan ser candidatos.
1.5 Amedrentar a televisoras, emisoras de radio, periódicos y otros medios privados quitando propaganda gubernamental y amenazar a los anunciantes que contraten publicidad con esos medios para que dejen de hacerlo.
1.6. Otorgar documentos de identidad a los “compinches” para que cada uno de ellos pueda votar varas veces.
1.7. Alterar los registros electorales hasta donde sea posible.
1.8. Procurar que todas las mesas electorales sean conformadas por militantes de su parcialidad o sean miembros y testigos comprados para que se adueñen de los centros electorales y puedan introducir a favor del gobierno los votos de quienes no vayan a sufragar.
1.9. Implementar el fraude electrónico hasta un punto crítico que no se descubra por la inconsistencia numérica de estos votos con los de las mesas donde no controlen.
1.10. Cantar victoria temprano abusando de los recursos del poder. 1.11. Acusar a la oposición de no reconocer el triunfo del gobierno como golpistas.
1.12. Llamar a las fuerzas armadas a someter a quienes protesten por el fraude.
1.13. Decretar el estado de excepción.
1.14. Seguir simulando una democracia, empleando a la Fiscalía y al poder judicial bajo su control, para que se condene a los opositores “legalmente” por delitos electorales, de sublevación, de terrorismo o de cualquier otra causa.

2. La segunda opción que tiene un presidente tramposo es reconocer el triunfo electoral total o parcial de la oposición, pero solamente se presentaría bajo las siguientes condiciones:

2.1. Sí los ciudadanos pro libertad asisten masivamente a votar y sus sufragios superan en una proporción 60 a 40 por ciento en contra del presidente tramposo. Además, sí al final de la tarde acuden a presenciar y vigilar el acto de conteo para que no haya escamoteos.
2.2. Sí los ciudadanos demócratas que son miembros de mesa se levantan temprano y llegan a tiempo al acto de instalación de las mesas para impedir la hegemonía del oficialismo.
2.3. Sí los ciudadanos que rechazan el fraude que sean testigos o miembros de mesa siguen las pautas aprendidas en su adiestramiento y están pendientes de que nadie constriña a otro ciudadano para votar -y lo más importante- que no se introduzca ningún voto en ausencia del votante.
2.4. Sí los ciudadanos libres que no quieren el autoritarismo están pendientes todo el día de los acontecimientos y se encuentran dispuestos a defender la voluntad popular.
Esta conducta de los ciudadanos le enviaría a un presidente tramposo latinoamericano y a sus camaradas, una señal muy clara de lo que arriesgan si insisten en el fraude, así como también a los ciudadanos de uniforme que rechazan el fraude para que lo eviten, obligando a ese presidente bribón a actuar acorde a las leyes de su país.
Vladimir Gessen.
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jueves, 13 de noviembre de 2008

¿HACIA ADONDE VAMOS?

Chávez insulta a los candidatos no oficialistas para las próximas elecciones regionales, amenaza con sacar los tanques o tomar militarmente a las comunidades que voten contra él y atemoriza a los habitantes tratando de lograr objetivos de su estrategia.

Al principio, le dijo a los electores que sí eligen un candidato, distinto al que él apoya, no les daría recursos económicos a esa comunidad. Así, trató de obtener votos de la gente pensando que se iban a intimidar. Como este chantaje no bastó, entonces siembra terror ofreciendo un castigo “militar” a los ciudadanos si se oponen a él o a sus secuaces, donde no es difícil imaginar hechos de violencia y muerte.
Aparte de que los militares venezolanos deberían tomar conciencia del triste papel que se les otorga y del repudio popular hacia ellos por parte de la población que se incrementa cada día más, es indispensable descifrar que busca Chávez con esta campaña planificada y fríamente ejecutada.
Los distintos escenarios determinan que la abstención favorece más al gobierno. Si los ciudadanos se acobardan y no acuden a votar, la maquinaria del oficialismo dispondrá de mayores posibilidades.
Chávez mete miedo para aumentar la abstención pero no lo logrará: Los ciudadanos que en su mayoría quieren y defienden la libertad y el derecho al sufragio no renunciarán al voto.
Otra importante línea estratégica de Chávez fue la de lanzar su “candidatura” a todas las alcaldías y gobernaciones en lugar de apoyar a los legítimos candidatos del gobierno. De esta manera impedía que sobresalieran otros dirigentes de su partido, pero el costo en su liderazgo es evidente: En las filas del oficialismo surgieron los “disidentes” de manera abierta, y seguramente van a ganar un significativo espacio político distinto de la oposición y del gobierno. Además, es notorio en encuestas el desgaste de Chávez en cuanto a su credibilidad y en su intención de reelegirse. Chávez saldrá de estas elecciones regionales disminuido aunque cante victoria por ganar quizás más gobernaciones que la oposición o la disidencia. La realidad se hará patente, es muy posible que opositores y disidentes alcancen tantos o más votos que el oficialismo porque en los estados, las ciudades y las comunidades más habitadas, el chavismo será derrotado.
Otro objetivo estratégico de Chávez es observar cómo reaccionan los miembros de las fuerzas armadas cuando dice que los militares saldrán a la calle a defender su revolución. De esta forma piensa que sus organismos de inteligencia detectarán, y luego él podría apartar, a quienes se opongan a sus planes en virtud de que acatan lo dispuesto en la Constitución Nacional sobre la Fuerza Armada. Igualmente, el anticipar órdenes de “sacar” el ejército a la calle, le sirve para acostumbrar e ir preparando a los uniformados para obedecer una incierta, discutible y probable ilegal orden, ante un quimérico e insostenible escenario, especie de autogolpe, como crear las condiciones y decretar el estado de excepción ante un fraude en los comicios regionales.
Independientemente de lo que piense, planifique y haga, el comandante en jefe no está en su mejor momento: Desde diciembre de 2006 ha cometido una sucesiva serie de errores a nivel nacional como internacional. Haberse metido de lleno en esta campaña es otro error y gracias a ello el próximo 23 de noviembre Venezuela surgirá nuevamente más democrática, más plural y más decidida a cambiar el caudillismo por la participación ciudadana.
Vladimir Gessen.
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miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿SENTARSE A CONVERSAR?


El pueblo de los Estados Unidos envió un mensaje al mundo luego de una década sombría donde se dieron cita el terrorismo, la guerra, la intolerancia, la crisis alimentaría y se sentaron las bases para una depresión económica que apenas comienza.

Empezando el siglo XXI se han creado las condiciones perfectas que durante el inicio del siglo pasado sumieron al mundo en las peores conflagraciones que haya sufrido la humanidad, incluido el uso de armas atómicas. Los estadounidenses al elegir a Barack Obama como presidente, mandan un pronunciamiento a favor de la paz, un no rotundo a la guerra de Irak y una clara señal a favor de la tolerancia y en contra de la discriminación y del racismo, resurgentes en distintos países europeos.
Durante la campaña electoral, voces del pasado acusaban a Obama de querer “sentarse a conversar con dictadores” por declarar que estaba dispuesto a hacerlo con los Castro o con Hugo Chávez, ignorando que no existen terroristas chinos, vietnamitas o nacionales de los países soviéticos precisamente porque alguien se sentó a hablar con ellos.

El cambio de China y su alejamiento del comunismo se debe a las pláticas que iniciaron Richard Nixon y Henry Kissinger con Mao Tse Dong y Zhou Enlai en 1972. Dialogo que nació con un juego de ping pong. Luego, serían Ronald Reagan y Mijaíl Gorvachov quienes se reunieron a partir de 1985. Sus acuerdos permitieron las reformas radicales (Perestroika) y la “glásnost” que brindó transparencia y concedió algunas libertades. Fue el preludio del fin del comunismo soviético. Las negociaciones con Vietnam y sus resultados, a pesar de la terrible guerra, igualmente comprueba que existen caminos distintos a la confrontación que pueden transitarse para dirimir las diferencias. Las conversaciones de la diplomacia estadounidense con Corea comunista nos evidencian lo mismo. Mientras EEUU se embarcó en una guerra en Irak porque supuestamente existían armas de destrucción masiva, Kim Il Yong, el dictador coreano, hacia alarde de su potencia atómica y misilística. Baste comparar los resultados, y el costo pagado en vidas y recursos en estos últimos años, de una política de buscar fórmulas no bélicas como el caso de Corea, con la ruta guerrera seguida en Irak.
En América Latina es similar. Lula Da Silva es de izquierda, formado en el marxismo y el fundador del Foro de Sao Paulo. Organización que de acuerdo a sectores anticomunistas es la fuente de origen de Chávez y de los movimientos izquierdistas en al área. Brasil mantiene opiniones distantes de los acuerdos de libre comercio con EEUU. Además, Brasil desarrolla energía nuclear y Lula fomenta la conformación de un ejército Suramericano y una organización de Estados latinoamericanos, sin Estados Unidos. Sin embargo, la actitud y la política de la Casa Blanca y del Departamento de Estado han sido extraordinariamente amistosas: Lula ha estado hasta en Camp Davis con su amigo Bush. Mientras tanto, y siendo presidente recién electo, a Hugo Chávez se le negó la visa para visitar los EEUU. Lo cual cambió las perspectivas notablemente. Del hombre que a pesar de ello, bajó el martillo en Wall Street, que admiraba a los yankees de New York y a Walt Whitman, pasamos al antiimperialista furibundo actual. Observemos las relaciones de EEUU con Brasil y Venezuela y preguntémonos ¿Cuál es el camino más lógico para lograr los objetivos del pueblo estadounidense? ¿Será sentarse a dialogar?
Vladimir Gessen.

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viernes, 31 de octubre de 2008

COMANDANTE: DOS OPCIONES

Si tomas el sendero de la imposición y el del despotismo, es posible que la historia se repita: Napoleón se vio obligado a rendirse incondicionalmente bajo la presión de sus altos mandos militares y, aunque regresó por cien días, fue encarcelado y desterrado a una isla.

A pesar de que no eres ni puedes ser candidato a ninguna gobernación ni alcaldía porque eres el presidente de la República, participas en la campaña de las elecciones regionales como si fueras el candidato en todas ellas.
Me imagino que esta actuación persigue algún objetivo o forma parte de una estrategia. Quizás es para evitar que ninguno de los verdaderos candidatos se proyecte en la contienda y se perfile como un líder que te pueda hacer sombra. Tal vez, para impedir que uno de ellos saque más votos que los logrados en el referéndum reelecionista que se perdió estrepitosamente y se evidencie que tiene más votos y apoyo que tu propuesta. Del mismo modo, puede ser para cantar victorias ajenas. Además, siempre se podrá decir sí se gana un estado o alcaldía que fue por el apoyo presidencial. Obviamente, sí se pierde, fue por culpa del candidato. Al final intentaras explotar lo que considerarás una victoria personal. Donde se pierda te ocuparás de “purgar” al candidato y le abrirás paso a otro “dirigente” más obediente y “cuadrado” con el proyecto.
Pero, sea cuales sean los resultados, pierdas 5, 8 o 12 gobernaciones y más de cien alcaldías, se que te proclamarás ganador y llamarás a cerrar filas porque la revolución se puede perder. Acusarás a muchos de traidores al proceso e intentarás “salvar” el socialismo del siglo XXI, a como de lugar.
Sin embargo, quisiera pensar en voz alta. ¿De verdad crees que tras los avances de la humanidad en el ejercicio de los derechos humanos puedes imponer una dictadura? ¿Qué vas a hacer con la mitad del país? ¿Piensas que se pueden ir de Venezuela 5 o 6 millones de adultos? ¿Vas a encarcelar o colocar en stadium a decenas de miles de ciudadanos como Augusto Pinochet? ¿Vas a reprimir como el general Idi Amin Dada?

No, comandante, tienes que convivir con la otra parte de los venezolanos que difieren de tu forma de gobernar. El mecanismo para esa coexistencia es precisamente la vigente y “mejor constitución del mundo”, para usar tus palabras cuando la propusiste, y que luego se aprobó en referéndum nacional.
Igualmente deseo expresar que los venezolanos que no comparten el socialismo “rojo-rojito” que pregona el oficialismo, tienen que suscribir esa premisa y hacerse las mismas preguntas.
El Partido Socialista Unido de Venezuela es una realidad. Un 30 por ciento de los venezolanos, o más, manifiestan su adhesión y apuestan al socialismo. Si por uno de los caminos pautados en la Carta Magna surgiera en los próximos años un nuevo gobierno con distinto planteamiento político al actual, tiene que incluir a todos los ciudadanos, de una u otra militancia o simpatía.
Comandante, luego de las próximas elecciones regionales tienes dos caminos. Uno, es el que transitas en este momento, el de la ira, la confrontación, el de la intolerancia, el excluyente. Esta vía nos llevará irremediablemente a un momento en que los diques de contención social se desbordarán. Así ha ocurrido en tantos países como los Balcanes o en África, o aquí mismo en América y en la propia Venezuela. Puedes llevarnos a una guerra civil. Lo cual te conducirá a establecer una dictadura caudillista al estilo de los Somoza, Strossner o la de los hermanos Castro, o una dictadura militar como la de Francisco Franco, Fulgencio Batista o la del general Jose Rafael Videla. También, las circunstancias te pueden empujar hacia las dictaduras ideológicas como la de Mao Tse-tung, de la que China se salvó y dejó atrás, la de Kim Il Yong en Corea comunista o las nacionalistas y socialistas dictaduras de Benito Mussolini o Adolfo Hitler.
La alternativa es apegarte a la Constitución y reconocer que el próximo 23 de noviembre, al contarse los votos surgirá la verdadera voz de los ciudadanos. Unos apoyarán a los candidatos del socialismo, otros respaldarán diversas corrientes. Se abrirán opciones que gobernarán territorios por el tiempo de su mandato. Después habrá elecciones presidenciales y llegará el final de tu propio período. Ya no tienes que hacer campaña ni por ti ni por nadie más. Te quedan 4 años en el poder para consolidar tu obra de gobierno, tu partido y dejar un legado a quienes han estado contigo y te han acompañado. Ellos con tu guía y respaldo continuarán construyendo y mejorando la propuesta política. En ese momento es posible que tu partido siga en el poder con otro presidente, o a lo mejor no. Si esto ocurre y sí son demócratas tendrán futuro en la oposición y seguramente volverán a gobernar.
En caso contrario, si tomas el sendero de la imposición y el del despotismo, es posible que la historia se repita: Napoleón se vio obligado a rendirse incondicionalmente bajo la presión de sus altos mandos militares y, aunque regresó por cien días, fue encarcelado y desterrado a una isla.
Vladimir Gessen.
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jueves, 23 de octubre de 2008

¡EXPLOTAR LA VICTORIA!

Hugo Chávez, su política reeleccionista y la reforma constitucional para convertir a Venezuela en un estado socialista sufrieron una tremenda derrota el pasado diciembre. Sin embargo, los ganadores no “explotaron la victoria” que es el término militar que define al conjunto de operaciones que permite asegurar y expandir el triunfo alcanzado.

Por el contrario, fue el vencido Chávez, en virtud de su entrenamiento militar, quien explotó “su” victoria. Muy probablemente recordó que el triunfo del ejército soviético, sobre Alemania en Stalingrado, se aprovechó para explotar la victoria psicológica del éxito militar al promover masivamente el mensaje de que el ejército alemán podía perder la guerra.
La oposición no supo explotar la victoria obtenida en el referéndum y Chávez, aunque perdió, lo hizo. Explicó que era una victoria pírrica de la oposición y usó una palabra grosera para calificarla. Así, centró la atención nacional en el lenguaje vulgar, en su “rabieta” y tomó la ofensiva apenas horas de haberla perdido en un proceso electoral. Luego, vendrían los anuncios de la enmienda por la reelección y la imposición de 26 leyes que violan lo decidido por los ciudadanos en la consulta.
El problema es que ninguno de los distintos factores de la oposición pudo explotar la victoria alcanzada, les fue imposible asimilar el crecimiento cualitativo y cuantitativo logrado y no pudo liderizar el estrepitoso fracaso de Chávez.
Les pasó como a Aníbal Barca, supremo comandante de la imperial Cartago, que después de 16 años de estrategias impresionantes, de infringirle derrotas y humillar a los romanos decidió no someter a Roma. Esto provoca que uno de sus generales le dijera: “Aníbal, sabes triunfar pero no sabes explotar una victoria”.
Ahora, avanzamos hacia una nueva batalla electoral. Ya Chávez debe haber leído a Mao cuando manifiesta en sus escritos militares que hay que “explotar la victoria persiguiendo al enemigo sin detenerse”; a Clausewitz y sus recursos estratégicos para explotar la victoria; a Sun Tzu quien sentencia: “Se debe explotar la victoria” y, por supuesto, a Marx y Engels cuando en marzo de 1850 escriben en mensaje a la Liga de los Comunistas que desde el primer momento de la victoria es preciso encauzar la desconfianza contra el que quiera explotar la victoria”.
No tenemos ninguna duda, el oficialismo, sean cuales sean los resultados, va a explotar la victoria, aunque salga golpeado y menguado. Por ello, todos y cada uno de los sectores que se oponen al proyecto de Hugo Chávez deben estar listos para explotar la segura victoria que se conseguirá en las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes, independientemente de la dimensión del triunfo.
El chavismo conservará más de una decena de gobernaciones pero la oposición más la disidencia obtendrán entre 4 y 12 gobernaciones.
El gobierno perderá entre varias decenas a un ciento de alcaldías. Pero Chávez explotará la victoria, dirá que la oposición y los “traidores” tuvieron éxitos pírricos y arremeterá sin contemplaciones.
Todos los factores que defienden la libertad y se resisten al autoritarismo tienen que estar listos, desde ahora, para proseguir, después de las elecciones, la campaña de explotación de la victoria con grandes movilizaciones de júbilo, manteniendo la unidad, coherencia en las consignas y mensajes pronunciados, y en las acciones que se tomen, acorde a los acontecimientos.
Vladimir Gessen.

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jueves, 16 de octubre de 2008

EL “DEMENTE”

Se llama “demente” a una persona que tiene episodios maníacos de euforia y los alterna con períodos de tristeza. En las fases eufóricas, el “loco” muestra una autoestima exagerada, habla sin parar, exaltado, vehemente, y se deja llevar por sensaciones de grandeza. Amenaza a otros, es hostil y mantiene conductas inadecuadas. Se le cita asimismo “demente” porque el individuo pasa de la euforia a la depresión de manera cíclica, o exterioriza una gran irritabilidad, ausencia de buen juicio, y conductas ofuscadas o incorrectas en público. Quien presente estos síntomas posiblemente sufre de un Trastorno Afectivo Bipolar de acuerdo al Manuel Diagnóstico de enfermedades mentales. (DSM-IV).

Las palabras como “loco”, “demente” o “lunático” ya no se emplean profesionalmente, por ser vocablos genéricos que no definen las enfermedades o trastornos específicos, y pueden ser peyorativos u ofensivos.
Decir que una persona es “demente” porque sienta desconfianza de todos, sospeche y se preocupe excesivamente que le vayan a hacer daño, dude acerca de la lealtad de sus cercanos, tenga temor injustificado a que lo traicionen o interprete alcances tenebrosos a partir de circunstancias o sucesos baladíes e intrascendentes, no es la expresión pertinente. Los psiquiatras llaman a este conjunto de síntomas: Trastorno Paranoide de la Personalidad. (DSM-IV).
Cuando un individuo viola los derechos de otros, no se adapta a las normas legales, miente, engaña y manipula a los demás con tal de conseguir algún provecho, toma decisiones sin pensar los pérdidas que pueda causar, sea impulsivo, violento y su conducta arriesgada, se manifieste seguro de sí mismo, arrogante, competitivo, sea mal perdedor y actúe creyendo que el fin justifica los medios, esta persona no esta “loca”. En psicología se le llama Psicópata, en sociología, Sociópata, y en psiquiatría, la enfermedad se denomina Trastorno Disocial o Trastorno Antisocial de la Personalidad. (DSM-IV).
Cuando una persona necesita compulsivamente ser el centro de atención y trata de expresar sus opiniones con emotividad, firmeza y teatralidad, pero sin argumentos de fondo, más bien ambiguos, dudosos, no se apoyan en hechos, y es profundamente egocéntrica, no se debe decir que esta “chiflada”. El término científico es Trastorno Histriónico de la Personalidad. (DSM-IV).
Un comportamiento de grandiosidad, con una supuesta elevada autoestima, necesidad de admiración y auto enamoramiento, fantasías de éxito ilimitado, poder absoluto, sentimientos de ser superiores, de hablar en extenso y con detalles inmorales o inapropiados no definen a un “lunático” sino al “Narcisista” que es quien padece el Trastorno narcisista de la personalidad. (DSM-IV).
Los ataques de ira que se caracterizan por episodios coléricos y violentos, en los que la persona no puede controlar estos impulsos de ferocidad y de falta del control mental y emocional, comprometiendo la seguridad de otros, con excesos verbales o físicos, insultándolos, lesionándolos, o perjudicando todo a su alrededor, sin medir consecuencias, no se señala que esta “desquiciada”, sino que padece del Trastorno Explosivo Intermitente. (DSM-IV).
Es factible encontrar un individuo que sufra distintas enfermedades mentales a la vez. La Organización Mundial de la Salud define con la palabra comorbilidad a la coexistencia en el mismo individuo de más de un trastorno psiquiátrico. (CIE-10/DSM-IV).
Vladimir Gessen.
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