jueves, 11 de diciembre de 2008

¡NO!

Lo más fácil es suponer que está en su mejor momento para lanzar la reelección porque en adelante le va a ir peor. Pero, tratemos de pensar como el personaje y considerar otra opción. Veamos cuál ha sido su proceder:

1. Durante la campaña electoral de alcaldes y gobernadores se ocupó de impulsar al máximo la polarización del país. Para ello, insultó groseramente y utilizó un incendiado discurso para incitar el odio social entre los conciudadanos.
2. Luego de las elecciones no reconcilia ni reconoce los resultados donde los ganadores no fueran de su bando. Por el contrario, desconoció por la vía de los hechos con una sumatoria de arbitrariedades, la voz de los electores y la de los liderazgos emergentes distintos de su credo.
3. También, persigue y ordena acciones hostiles y dispone el “enjuiciamiento” de dirigentes de los sectores que defienden la libertad y el pluralismo.
4. Amenaza a medios de comunicación con el cierre y utiliza a grupos paramilitares para ¿amedrentar? o para, en medio de esta hipótesis, “exacerbar” los ánimos de los contrarios.
5. Paralelo a ello, lanza la propuesta de reelección, de dudosa legalidad, la cual es admitida, por supuesto, por otro de los poderes bajo su control, la Asamblea Nacional.
Habíamos dicho que era una forma de “explotar la victoria” para ocultar su derrota y que estaba en una fase de “contraataque”. No obstante, profundicemos un poco:
Supongamos que está convencido que no ganará la enmienda. Lo cual no es nada extraño. Es lógico presumir que dados los resultados de las dos últimas elecciones, el “NO” a la reelección vencerá. Los más recientes sondeos ya arrojan más del 60 % en su contra. Los análisis situacionales señalan que los disidentes del personaje y de su actual forma de gobernar auparán el NO. Incluso, dentro del propio oficialismo, dirigentes del proceso tanto del Ejecutivo y de la Asamblea, como rectores, magistrados, gobernadores y alcaldes quienes piensan que el futuro histórico de su organización política depende de la salida del personaje, promoverán una vez más “brazos caídos” y votarán NO en secreto. Esta vez evitando que le tomen una foto con teleobjetivo.
En el mismo sentido, todo indica que quienes defienden la libertad ahora cuentan con mayor liderazgo, recursos políticos y sociales, organización electoral y unidad nacional entre partidos, sectores de la sociedad civil, estudiantes y otros factores, lo cual potenciará el voto NO hasta límites insospechados.
Por su parte, los electores pasarán factura por los desconocimientos del personaje a sus sufragios y las abstenciones disminuirán entre ellos porque ya entendieron que la forma de derrotar el autoritarismo es con mayor participación.
Si sabe esto, entonces ¿Por qué el personaje arriesga otra derrota?
Hipótesis uno: Quiere crear tal enojo y tensión entre los demócratas y lanzar una gota que colme el vaso, algo como arrestar a uno de sus líderes, cerrar otro canal de TV o hacer fraude, para que los ciudadanos se desesperen, caigan en las provocaciones y se vuelva incontrolable la situación. Así, podrá decretar el estado de excepción y lograr, de facto, perpetuarse en el poder.
Hipótesis dos: La lucha y el odio de clases, dada las condiciones “objetivas y subjetivas”, incitarán un cruento enfrentamiento y luego de la victoria, sí como piensa la logra, el personaje asumirá el poder para siempre.
Nuestra hipótesis: ¡Esto NO pasará! El personaje saldrá democráticamente en próxima oportunidad.
Vladimir Gessen.

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jueves, 4 de diciembre de 2008

OTRA VEZ, EL CONTRAATAQUE

1. Tal y como lo anunciamos, el comandante aunque perdiera en las elecciones regionales explotaría una “victoria”. La fórmula castrense que escogió para hacerlo, el contraataque, es arriesgada pero piensa que no tiene más opciones.

Hace un par de meses escribimos: “No tenemos ninguna duda, el oficialismo, sean cuales sean los resultados, va a explotar la victoria, aunque salga golpeado y menguado. Por ello, todos y cada uno de los sectores que se oponen al proyecto de Hugo Chávez deben estar listos para explotar la segura victoria que se conseguirá en las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes, independientemente de la dimensión del triunfo. Chávez explotará la victoria y arremeterá sin contemplaciones”.
Desde entonces preveíamos este contraataque que hasta el presente se manifiesta en perseguir y encarcelar a quienes se le opongan, en los ataques a personalidades y medios de comunicación adversos a las pretensiones hegemónicas chavistas, en las arremetidas a dirigentes de la oposición, en las acometidas en contra de los disidentes al chavismo, en el desconocimiento de las nuevas autoridades electas fuera del oficialismo, en la activación del odio social y la lucha de clases, y en plantear una arbitraria enmienda constitucional pro-reelección, entre otras operaciones. Así Chávez experimenta tomar la ofensiva y demostrarse fuerte ante sus seguidores, a la vez de intentar amilanar a sus adversarios.
2. El comandante sabe que sufrió pérdidas significativas en las dos pasadas elecciones. Perdió territorio, espacios geográficos y políticos importantes. Sin embargo, lo considera una derrota táctica y cree que obtuvo un triunfo estratégico porque de acuerdo a su óptica, ahora el proyecto asume mayor control de la base social por el número de alcaldías que conserva, lo cual significa un “aceitado” aparato político. Para el, su maquinaria está ilesa, en su mejor momento y con líderes populares renovados. Su jefatura “creció” al derrotar al “chavismo interno”, mermando el poder de los líderes socialistas que pudieran reemplazarlo: Aristóbulo (líder civil más importante) y Diosdado y Jesse Chacón (líderes civiles y militares). Por otra parte, derrota a la disidencia interna: Podemos, Chavismo sin Chávez, PPT y Partido Comunista.
3. La realidad es otra: Objetivamente, Chávez ha perdido en las dos últimas elecciones. Si bien es cierto que mantiene niveles substanciales de apoyo, no ha logrado levantar cabeza y su soporte tenderá a seguir disminuyendo. De ello está consciente el comandante e intuye que es ahora o nunca en cuanto a reelección se refiere. La crisis económica, la división en las filas oficialistas que se acentuará, el conflicto social que emergerá de las persecuciones, cacerías de brujas y del no dejar gobernar a las nuevas autoridades electas de oposición, lo tienen en preaviso. El necesita una victoria, pero verdadera, y piensa que un plebiscito, como tantos dictadores lo han hecho, lo sostendrá en el poder.4. Pensamos que sí se llega a ejecutar la ilegal enmienda en referéndum, el comandante, sin el “chavismo sin Chávez”, los disidentes y los partidos “apartados”, no podrá vencer. Además, Chávez piensa que se quitó de encima a delfines con aspiraciones presidenciales como Aristóbulo o Diosdado, y en el presente aúpa a otro, al nuevo Alcalde Jorge Rodríguez… Pero, ¿Qué le hace pensar que Jorge, quien fue vicepresidente, no es un nuevo aspirante a quitarse el “vice”?
Vladimir Gessen.

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lunes, 24 de noviembre de 2008

ESTADO DE GANANCIAS Y PERDIDAS

Si algo manifestó el pueblo venezolano con una votación que superó índices históricos, es que esa es la fórmula escogida para definir el futuro que acaba de nacer. Se abre una nueva etapa democrática que durará 4 años, tiempo constitucional de duración de los mandatos de alcaldes y gobernadores, y lapso que le queda de gobierno al presidente de la República.

La oposición venezolana ganó las gobernaciones de los estados más habitados del país y la Alcaldía de Caracas, la ciudad capital. En número de votos, entre las otras gobernaciones obtenidas y las alcaldías, más los votos logrados, aun perdiendo, en los estados y municipios donde ganó el oficialismo, la oposición cuenta con la mitad de los votos del electorado.
El partido de gobierno logró mayor número de gobernaciones y un fuerte respaldo en las zonas menos favorecidas del país. Lo cual demuestra el sentido social que la otra mitad de Venezuela percibe en Hugo Chávez y su “socialismo”.
La nación se ha dividido en dos tendencias contrapuestas. Sin embargo, algo ha quedado muy claro, ambas partes quieren dirimir sus diferencias democráticamente.
Chávez es autoritario, no nos cabe la menor duda, pero justo es reconocerle que en las dos últimas elecciones ha demostrado ser muy diferente a Mugabe, el presidente de Zimbabwe. No le será fácil a sus oponentes seguirle llamando tirano o dictador. Pero, Chávez ha perdido la supremacía del poder. Ya no es el “portaviones” que ungía y con su apoyo entregaba mandatos a gobernadores y alcaldes. Ahora, ser apoyado por Chávez puede ser garantía de perder. Además, Chávez fracasó de hecho y por segunda vez en cuanto a la reelección se refiere. No le será viable inventar una nueva opción "reeleccionista". Su gobierno terminará inexorablemente a principios del 2013. Los oficiales de la fuerza armada ya saben que este comandante en jefe les podrá otorgar un grado de jerarquía adicional, y no ignorarán que de allí en adelante sus ascensos dependerán no de la lealtad política sino de su acatamiento a la Carta Magna.
Los defensores de la libertad y de la democracia tienen ahora una nueva generación de presidenciables. Nos basta nombrar al nuevo alcalde de Caracas, Antonio Ledezma y a los nuevos gobernadores Enrique Capriles, Pablo Pérez, Henrique Salas Feo y a otros noveles dirigentes como Julio Borges, Maria Corina Machado, Leopoldo Lopez, Gerardo Blyde, William Ojeda, o al ya casi “veterano”, Manuel Rosales, para darnos cuenta como se ha ido creando un nuevo liderazgo nacional en el país. Chávez debe reflexionar y comprender esta realidad. En estas últimas elecciones regionales es obvio que “¿el destino?” le eliminó a Chávez a dos de sus competidores internos en la campaña presidencial del 2012: Aristóbulo Isturiz y Diosdado cabello. Esto le permitirá impulsar a su hermano Adán Chávez o a alguien de su extrema confianza para que le garantice que pueda seguir gobernando en Venezuela como lo hace Vladimir Putin en Rusia. No obstante, Chávez tiene que entender que el “socialismo” pasa por la vía electoral y nunca le será posible imponérselo por la fuerza a la mitad del país. Si el “comandante” quiere que su partido sea una alternativa válida en este siglo, tendrá que practicar también la democracia interna en su organización política. Por lo pronto, vendrán las elecciones de la nueva Asamblea Nacional que reflejará la presente y próxima composición de la sociedad. Se acabaron los tiempos de la hegemonía “socialista” en Venezuela.
Vladimir Gessen.
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jueves, 20 de noviembre de 2008

MENU DE UN FRAUDE ELECTORAL

¿Cuál sería el menú de opciones de un presidente tramposo en unas elecciones?

1. La primera opción es el fraude:

1.1. Antes que nada abusar del poder empezando por controlar el tribunal electoral, a través de sus secuaces.
1.2. Utilizar los medios de comunicación del Estado para transmitir mensajes y propaganda parcializada a su favor, sin dar cabida a los candidatos de la oposición.
1.3. Usar los recursos disponibles del gobierno para comprar conciencias y votos sin importar las violaciones a las leyes de salvaguarda y anticorrupción que existan.
1.4. Inhabilitar políticamente a través de ilegales “procesos judiciales” a los principales líderes opositores, para que no puedan ser candidatos.
1.5 Amedrentar a televisoras, emisoras de radio, periódicos y otros medios privados quitando propaganda gubernamental y amenazar a los anunciantes que contraten publicidad con esos medios para que dejen de hacerlo.
1.6. Otorgar documentos de identidad a los “compinches” para que cada uno de ellos pueda votar varas veces.
1.7. Alterar los registros electorales hasta donde sea posible.
1.8. Procurar que todas las mesas electorales sean conformadas por militantes de su parcialidad o sean miembros y testigos comprados para que se adueñen de los centros electorales y puedan introducir a favor del gobierno los votos de quienes no vayan a sufragar.
1.9. Implementar el fraude electrónico hasta un punto crítico que no se descubra por la inconsistencia numérica de estos votos con los de las mesas donde no controlen.
1.10. Cantar victoria temprano abusando de los recursos del poder. 1.11. Acusar a la oposición de no reconocer el triunfo del gobierno como golpistas.
1.12. Llamar a las fuerzas armadas a someter a quienes protesten por el fraude.
1.13. Decretar el estado de excepción.
1.14. Seguir simulando una democracia, empleando a la Fiscalía y al poder judicial bajo su control, para que se condene a los opositores “legalmente” por delitos electorales, de sublevación, de terrorismo o de cualquier otra causa.

2. La segunda opción que tiene un presidente tramposo es reconocer el triunfo electoral total o parcial de la oposición, pero solamente se presentaría bajo las siguientes condiciones:

2.1. Sí los ciudadanos pro libertad asisten masivamente a votar y sus sufragios superan en una proporción 60 a 40 por ciento en contra del presidente tramposo. Además, sí al final de la tarde acuden a presenciar y vigilar el acto de conteo para que no haya escamoteos.
2.2. Sí los ciudadanos demócratas que son miembros de mesa se levantan temprano y llegan a tiempo al acto de instalación de las mesas para impedir la hegemonía del oficialismo.
2.3. Sí los ciudadanos que rechazan el fraude que sean testigos o miembros de mesa siguen las pautas aprendidas en su adiestramiento y están pendientes de que nadie constriña a otro ciudadano para votar -y lo más importante- que no se introduzca ningún voto en ausencia del votante.
2.4. Sí los ciudadanos libres que no quieren el autoritarismo están pendientes todo el día de los acontecimientos y se encuentran dispuestos a defender la voluntad popular.
Esta conducta de los ciudadanos le enviaría a un presidente tramposo latinoamericano y a sus camaradas, una señal muy clara de lo que arriesgan si insisten en el fraude, así como también a los ciudadanos de uniforme que rechazan el fraude para que lo eviten, obligando a ese presidente bribón a actuar acorde a las leyes de su país.
Vladimir Gessen.
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jueves, 13 de noviembre de 2008

¿HACIA ADONDE VAMOS?

Chávez insulta a los candidatos no oficialistas para las próximas elecciones regionales, amenaza con sacar los tanques o tomar militarmente a las comunidades que voten contra él y atemoriza a los habitantes tratando de lograr objetivos de su estrategia.

Al principio, le dijo a los electores que sí eligen un candidato, distinto al que él apoya, no les daría recursos económicos a esa comunidad. Así, trató de obtener votos de la gente pensando que se iban a intimidar. Como este chantaje no bastó, entonces siembra terror ofreciendo un castigo “militar” a los ciudadanos si se oponen a él o a sus secuaces, donde no es difícil imaginar hechos de violencia y muerte.
Aparte de que los militares venezolanos deberían tomar conciencia del triste papel que se les otorga y del repudio popular hacia ellos por parte de la población que se incrementa cada día más, es indispensable descifrar que busca Chávez con esta campaña planificada y fríamente ejecutada.
Los distintos escenarios determinan que la abstención favorece más al gobierno. Si los ciudadanos se acobardan y no acuden a votar, la maquinaria del oficialismo dispondrá de mayores posibilidades.
Chávez mete miedo para aumentar la abstención pero no lo logrará: Los ciudadanos que en su mayoría quieren y defienden la libertad y el derecho al sufragio no renunciarán al voto.
Otra importante línea estratégica de Chávez fue la de lanzar su “candidatura” a todas las alcaldías y gobernaciones en lugar de apoyar a los legítimos candidatos del gobierno. De esta manera impedía que sobresalieran otros dirigentes de su partido, pero el costo en su liderazgo es evidente: En las filas del oficialismo surgieron los “disidentes” de manera abierta, y seguramente van a ganar un significativo espacio político distinto de la oposición y del gobierno. Además, es notorio en encuestas el desgaste de Chávez en cuanto a su credibilidad y en su intención de reelegirse. Chávez saldrá de estas elecciones regionales disminuido aunque cante victoria por ganar quizás más gobernaciones que la oposición o la disidencia. La realidad se hará patente, es muy posible que opositores y disidentes alcancen tantos o más votos que el oficialismo porque en los estados, las ciudades y las comunidades más habitadas, el chavismo será derrotado.
Otro objetivo estratégico de Chávez es observar cómo reaccionan los miembros de las fuerzas armadas cuando dice que los militares saldrán a la calle a defender su revolución. De esta forma piensa que sus organismos de inteligencia detectarán, y luego él podría apartar, a quienes se opongan a sus planes en virtud de que acatan lo dispuesto en la Constitución Nacional sobre la Fuerza Armada. Igualmente, el anticipar órdenes de “sacar” el ejército a la calle, le sirve para acostumbrar e ir preparando a los uniformados para obedecer una incierta, discutible y probable ilegal orden, ante un quimérico e insostenible escenario, especie de autogolpe, como crear las condiciones y decretar el estado de excepción ante un fraude en los comicios regionales.
Independientemente de lo que piense, planifique y haga, el comandante en jefe no está en su mejor momento: Desde diciembre de 2006 ha cometido una sucesiva serie de errores a nivel nacional como internacional. Haberse metido de lleno en esta campaña es otro error y gracias a ello el próximo 23 de noviembre Venezuela surgirá nuevamente más democrática, más plural y más decidida a cambiar el caudillismo por la participación ciudadana.
Vladimir Gessen.
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miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿SENTARSE A CONVERSAR?


El pueblo de los Estados Unidos envió un mensaje al mundo luego de una década sombría donde se dieron cita el terrorismo, la guerra, la intolerancia, la crisis alimentaría y se sentaron las bases para una depresión económica que apenas comienza.

Empezando el siglo XXI se han creado las condiciones perfectas que durante el inicio del siglo pasado sumieron al mundo en las peores conflagraciones que haya sufrido la humanidad, incluido el uso de armas atómicas. Los estadounidenses al elegir a Barack Obama como presidente, mandan un pronunciamiento a favor de la paz, un no rotundo a la guerra de Irak y una clara señal a favor de la tolerancia y en contra de la discriminación y del racismo, resurgentes en distintos países europeos.
Durante la campaña electoral, voces del pasado acusaban a Obama de querer “sentarse a conversar con dictadores” por declarar que estaba dispuesto a hacerlo con los Castro o con Hugo Chávez, ignorando que no existen terroristas chinos, vietnamitas o nacionales de los países soviéticos precisamente porque alguien se sentó a hablar con ellos.

El cambio de China y su alejamiento del comunismo se debe a las pláticas que iniciaron Richard Nixon y Henry Kissinger con Mao Tse Dong y Zhou Enlai en 1972. Dialogo que nació con un juego de ping pong. Luego, serían Ronald Reagan y Mijaíl Gorvachov quienes se reunieron a partir de 1985. Sus acuerdos permitieron las reformas radicales (Perestroika) y la “glásnost” que brindó transparencia y concedió algunas libertades. Fue el preludio del fin del comunismo soviético. Las negociaciones con Vietnam y sus resultados, a pesar de la terrible guerra, igualmente comprueba que existen caminos distintos a la confrontación que pueden transitarse para dirimir las diferencias. Las conversaciones de la diplomacia estadounidense con Corea comunista nos evidencian lo mismo. Mientras EEUU se embarcó en una guerra en Irak porque supuestamente existían armas de destrucción masiva, Kim Il Yong, el dictador coreano, hacia alarde de su potencia atómica y misilística. Baste comparar los resultados, y el costo pagado en vidas y recursos en estos últimos años, de una política de buscar fórmulas no bélicas como el caso de Corea, con la ruta guerrera seguida en Irak.
En América Latina es similar. Lula Da Silva es de izquierda, formado en el marxismo y el fundador del Foro de Sao Paulo. Organización que de acuerdo a sectores anticomunistas es la fuente de origen de Chávez y de los movimientos izquierdistas en al área. Brasil mantiene opiniones distantes de los acuerdos de libre comercio con EEUU. Además, Brasil desarrolla energía nuclear y Lula fomenta la conformación de un ejército Suramericano y una organización de Estados latinoamericanos, sin Estados Unidos. Sin embargo, la actitud y la política de la Casa Blanca y del Departamento de Estado han sido extraordinariamente amistosas: Lula ha estado hasta en Camp Davis con su amigo Bush. Mientras tanto, y siendo presidente recién electo, a Hugo Chávez se le negó la visa para visitar los EEUU. Lo cual cambió las perspectivas notablemente. Del hombre que a pesar de ello, bajó el martillo en Wall Street, que admiraba a los yankees de New York y a Walt Whitman, pasamos al antiimperialista furibundo actual. Observemos las relaciones de EEUU con Brasil y Venezuela y preguntémonos ¿Cuál es el camino más lógico para lograr los objetivos del pueblo estadounidense? ¿Será sentarse a dialogar?
Vladimir Gessen.

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viernes, 31 de octubre de 2008

COMANDANTE: DOS OPCIONES

Si tomas el sendero de la imposición y el del despotismo, es posible que la historia se repita: Napoleón se vio obligado a rendirse incondicionalmente bajo la presión de sus altos mandos militares y, aunque regresó por cien días, fue encarcelado y desterrado a una isla.

A pesar de que no eres ni puedes ser candidato a ninguna gobernación ni alcaldía porque eres el presidente de la República, participas en la campaña de las elecciones regionales como si fueras el candidato en todas ellas.
Me imagino que esta actuación persigue algún objetivo o forma parte de una estrategia. Quizás es para evitar que ninguno de los verdaderos candidatos se proyecte en la contienda y se perfile como un líder que te pueda hacer sombra. Tal vez, para impedir que uno de ellos saque más votos que los logrados en el referéndum reelecionista que se perdió estrepitosamente y se evidencie que tiene más votos y apoyo que tu propuesta. Del mismo modo, puede ser para cantar victorias ajenas. Además, siempre se podrá decir sí se gana un estado o alcaldía que fue por el apoyo presidencial. Obviamente, sí se pierde, fue por culpa del candidato. Al final intentaras explotar lo que considerarás una victoria personal. Donde se pierda te ocuparás de “purgar” al candidato y le abrirás paso a otro “dirigente” más obediente y “cuadrado” con el proyecto.
Pero, sea cuales sean los resultados, pierdas 5, 8 o 12 gobernaciones y más de cien alcaldías, se que te proclamarás ganador y llamarás a cerrar filas porque la revolución se puede perder. Acusarás a muchos de traidores al proceso e intentarás “salvar” el socialismo del siglo XXI, a como de lugar.
Sin embargo, quisiera pensar en voz alta. ¿De verdad crees que tras los avances de la humanidad en el ejercicio de los derechos humanos puedes imponer una dictadura? ¿Qué vas a hacer con la mitad del país? ¿Piensas que se pueden ir de Venezuela 5 o 6 millones de adultos? ¿Vas a encarcelar o colocar en stadium a decenas de miles de ciudadanos como Augusto Pinochet? ¿Vas a reprimir como el general Idi Amin Dada?

No, comandante, tienes que convivir con la otra parte de los venezolanos que difieren de tu forma de gobernar. El mecanismo para esa coexistencia es precisamente la vigente y “mejor constitución del mundo”, para usar tus palabras cuando la propusiste, y que luego se aprobó en referéndum nacional.
Igualmente deseo expresar que los venezolanos que no comparten el socialismo “rojo-rojito” que pregona el oficialismo, tienen que suscribir esa premisa y hacerse las mismas preguntas.
El Partido Socialista Unido de Venezuela es una realidad. Un 30 por ciento de los venezolanos, o más, manifiestan su adhesión y apuestan al socialismo. Si por uno de los caminos pautados en la Carta Magna surgiera en los próximos años un nuevo gobierno con distinto planteamiento político al actual, tiene que incluir a todos los ciudadanos, de una u otra militancia o simpatía.
Comandante, luego de las próximas elecciones regionales tienes dos caminos. Uno, es el que transitas en este momento, el de la ira, la confrontación, el de la intolerancia, el excluyente. Esta vía nos llevará irremediablemente a un momento en que los diques de contención social se desbordarán. Así ha ocurrido en tantos países como los Balcanes o en África, o aquí mismo en América y en la propia Venezuela. Puedes llevarnos a una guerra civil. Lo cual te conducirá a establecer una dictadura caudillista al estilo de los Somoza, Strossner o la de los hermanos Castro, o una dictadura militar como la de Francisco Franco, Fulgencio Batista o la del general Jose Rafael Videla. También, las circunstancias te pueden empujar hacia las dictaduras ideológicas como la de Mao Tse-tung, de la que China se salvó y dejó atrás, la de Kim Il Yong en Corea comunista o las nacionalistas y socialistas dictaduras de Benito Mussolini o Adolfo Hitler.
La alternativa es apegarte a la Constitución y reconocer que el próximo 23 de noviembre, al contarse los votos surgirá la verdadera voz de los ciudadanos. Unos apoyarán a los candidatos del socialismo, otros respaldarán diversas corrientes. Se abrirán opciones que gobernarán territorios por el tiempo de su mandato. Después habrá elecciones presidenciales y llegará el final de tu propio período. Ya no tienes que hacer campaña ni por ti ni por nadie más. Te quedan 4 años en el poder para consolidar tu obra de gobierno, tu partido y dejar un legado a quienes han estado contigo y te han acompañado. Ellos con tu guía y respaldo continuarán construyendo y mejorando la propuesta política. En ese momento es posible que tu partido siga en el poder con otro presidente, o a lo mejor no. Si esto ocurre y sí son demócratas tendrán futuro en la oposición y seguramente volverán a gobernar.
En caso contrario, si tomas el sendero de la imposición y el del despotismo, es posible que la historia se repita: Napoleón se vio obligado a rendirse incondicionalmente bajo la presión de sus altos mandos militares y, aunque regresó por cien días, fue encarcelado y desterrado a una isla.
Vladimir Gessen.
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jueves, 23 de octubre de 2008

¡EXPLOTAR LA VICTORIA!

Hugo Chávez, su política reeleccionista y la reforma constitucional para convertir a Venezuela en un estado socialista sufrieron una tremenda derrota el pasado diciembre. Sin embargo, los ganadores no “explotaron la victoria” que es el término militar que define al conjunto de operaciones que permite asegurar y expandir el triunfo alcanzado.

Por el contrario, fue el vencido Chávez, en virtud de su entrenamiento militar, quien explotó “su” victoria. Muy probablemente recordó que el triunfo del ejército soviético, sobre Alemania en Stalingrado, se aprovechó para explotar la victoria psicológica del éxito militar al promover masivamente el mensaje de que el ejército alemán podía perder la guerra.
La oposición no supo explotar la victoria obtenida en el referéndum y Chávez, aunque perdió, lo hizo. Explicó que era una victoria pírrica de la oposición y usó una palabra grosera para calificarla. Así, centró la atención nacional en el lenguaje vulgar, en su “rabieta” y tomó la ofensiva apenas horas de haberla perdido en un proceso electoral. Luego, vendrían los anuncios de la enmienda por la reelección y la imposición de 26 leyes que violan lo decidido por los ciudadanos en la consulta.
El problema es que ninguno de los distintos factores de la oposición pudo explotar la victoria alcanzada, les fue imposible asimilar el crecimiento cualitativo y cuantitativo logrado y no pudo liderizar el estrepitoso fracaso de Chávez.
Les pasó como a Aníbal Barca, supremo comandante de la imperial Cartago, que después de 16 años de estrategias impresionantes, de infringirle derrotas y humillar a los romanos decidió no someter a Roma. Esto provoca que uno de sus generales le dijera: “Aníbal, sabes triunfar pero no sabes explotar una victoria”.
Ahora, avanzamos hacia una nueva batalla electoral. Ya Chávez debe haber leído a Mao cuando manifiesta en sus escritos militares que hay que “explotar la victoria persiguiendo al enemigo sin detenerse”; a Clausewitz y sus recursos estratégicos para explotar la victoria; a Sun Tzu quien sentencia: “Se debe explotar la victoria” y, por supuesto, a Marx y Engels cuando en marzo de 1850 escriben en mensaje a la Liga de los Comunistas que desde el primer momento de la victoria es preciso encauzar la desconfianza contra el que quiera explotar la victoria”.
No tenemos ninguna duda, el oficialismo, sean cuales sean los resultados, va a explotar la victoria, aunque salga golpeado y menguado. Por ello, todos y cada uno de los sectores que se oponen al proyecto de Hugo Chávez deben estar listos para explotar la segura victoria que se conseguirá en las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes, independientemente de la dimensión del triunfo.
El chavismo conservará más de una decena de gobernaciones pero la oposición más la disidencia obtendrán entre 4 y 12 gobernaciones.
El gobierno perderá entre varias decenas a un ciento de alcaldías. Pero Chávez explotará la victoria, dirá que la oposición y los “traidores” tuvieron éxitos pírricos y arremeterá sin contemplaciones.
Todos los factores que defienden la libertad y se resisten al autoritarismo tienen que estar listos, desde ahora, para proseguir, después de las elecciones, la campaña de explotación de la victoria con grandes movilizaciones de júbilo, manteniendo la unidad, coherencia en las consignas y mensajes pronunciados, y en las acciones que se tomen, acorde a los acontecimientos.
Vladimir Gessen.

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jueves, 16 de octubre de 2008

EL “DEMENTE”

Se llama “demente” a una persona que tiene episodios maníacos de euforia y los alterna con períodos de tristeza. En las fases eufóricas, el “loco” muestra una autoestima exagerada, habla sin parar, exaltado, vehemente, y se deja llevar por sensaciones de grandeza. Amenaza a otros, es hostil y mantiene conductas inadecuadas. Se le cita asimismo “demente” porque el individuo pasa de la euforia a la depresión de manera cíclica, o exterioriza una gran irritabilidad, ausencia de buen juicio, y conductas ofuscadas o incorrectas en público. Quien presente estos síntomas posiblemente sufre de un Trastorno Afectivo Bipolar de acuerdo al Manuel Diagnóstico de enfermedades mentales. (DSM-IV).

Las palabras como “loco”, “demente” o “lunático” ya no se emplean profesionalmente, por ser vocablos genéricos que no definen las enfermedades o trastornos específicos, y pueden ser peyorativos u ofensivos.
Decir que una persona es “demente” porque sienta desconfianza de todos, sospeche y se preocupe excesivamente que le vayan a hacer daño, dude acerca de la lealtad de sus cercanos, tenga temor injustificado a que lo traicionen o interprete alcances tenebrosos a partir de circunstancias o sucesos baladíes e intrascendentes, no es la expresión pertinente. Los psiquiatras llaman a este conjunto de síntomas: Trastorno Paranoide de la Personalidad. (DSM-IV).
Cuando un individuo viola los derechos de otros, no se adapta a las normas legales, miente, engaña y manipula a los demás con tal de conseguir algún provecho, toma decisiones sin pensar los pérdidas que pueda causar, sea impulsivo, violento y su conducta arriesgada, se manifieste seguro de sí mismo, arrogante, competitivo, sea mal perdedor y actúe creyendo que el fin justifica los medios, esta persona no esta “loca”. En psicología se le llama Psicópata, en sociología, Sociópata, y en psiquiatría, la enfermedad se denomina Trastorno Disocial o Trastorno Antisocial de la Personalidad. (DSM-IV).
Cuando una persona necesita compulsivamente ser el centro de atención y trata de expresar sus opiniones con emotividad, firmeza y teatralidad, pero sin argumentos de fondo, más bien ambiguos, dudosos, no se apoyan en hechos, y es profundamente egocéntrica, no se debe decir que esta “chiflada”. El término científico es Trastorno Histriónico de la Personalidad. (DSM-IV).
Un comportamiento de grandiosidad, con una supuesta elevada autoestima, necesidad de admiración y auto enamoramiento, fantasías de éxito ilimitado, poder absoluto, sentimientos de ser superiores, de hablar en extenso y con detalles inmorales o inapropiados no definen a un “lunático” sino al “Narcisista” que es quien padece el Trastorno narcisista de la personalidad. (DSM-IV).
Los ataques de ira que se caracterizan por episodios coléricos y violentos, en los que la persona no puede controlar estos impulsos de ferocidad y de falta del control mental y emocional, comprometiendo la seguridad de otros, con excesos verbales o físicos, insultándolos, lesionándolos, o perjudicando todo a su alrededor, sin medir consecuencias, no se señala que esta “desquiciada”, sino que padece del Trastorno Explosivo Intermitente. (DSM-IV).
Es factible encontrar un individuo que sufra distintas enfermedades mentales a la vez. La Organización Mundial de la Salud define con la palabra comorbilidad a la coexistencia en el mismo individuo de más de un trastorno psiquiátrico. (CIE-10/DSM-IV).
Vladimir Gessen.
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viernes, 10 de octubre de 2008

ELECCIONES “MADE IN USA”

Las encuestas señalan que el candidato demócrata, Barack Obama, supera al republicano John McCain. Obama sostiene una tendencia de crecimiento, que de seguir como va, ganará las elecciones.

Para el 9 de octubre del 2008, Obama registra una diferencia a su favor de 6 a 11 puntos, dependiendo de la encuesta. Todas dan ganador al demócrata.
¿Cómo podemos explicar esta situación sí después de la convención del partido republicano, hace apenas un mes, McCain repuntó a más de 5 puntos por encima de Obama?
Sin duda, la presencia de la crisis financiera y la perspectiva de una inminente recesión económica es una substancial causa. Los ciudadanos culpan al actual gobierno de George Bush de ser el responsable de la incertidumbre e inestabilidad que angustia directamente a todas las familias estadounidenses, de una u otra forma. La crisis enfoca la atención de los votantes sobre el tema económico, y en este escenario McCain representa un continuismo republicano en el gobierno. La mayoría pide claramente un cambio en la administración.
Anteriormente, el debate político abarcaba otros componentes temáticos como la educación, la salud y la cuestión de la guerra de Irak y la seguridad de los EEUU. Esto permitía, a pesar de la presión de la opinión pública a favor de retirar las tropas norteamericanas de Irak, que John McCain presentara su hoja de servicio militar y su experiencia en estos temas. Para entonces, el análisis de la contienda electoral se resolvía con la siguiente ecuación: Sí para el día de las elecciones predominaba en los votantes el asunto de la seguridad nacional, ganaría McCain, si destacaba el contenido económico o social triunfaría Obama.
Otros elementos que nos hacen proyectar la victoria de Barack Obama son lo que creemos errores de la campaña de McCain. Pensamos que la escogencia de Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia fue un error porque anuló el principal argumento de los republicanos contra Obama, como era su falta de experiencia. Al presentar a Palin y dada la edad de McCain, los estadounidenses perciben que existe una buena probabilidad de que Sarah Palin asuma la presidencia de los EEUU y los ciudadanos reflejan en los sondeos de opinión que Obama está más preparado que ella.
Sin embargo Palin, lo hizo muy bien cuando debutó en la convención republicana. Se mostró como ella misma. Para luego, después de seguir consejos de los “expertos”, cometer desaciertos tratando de aparentar ser una especialista en asuntos internacionales, lo que no es. Esto le borró su espontaneidad y la convirtieron en la hazmerreír de los norteamericanos. Ahora, después de sobreponerse en el debate con John Biden, candidato a la vicepresidencia del ticket demócrata, donde salió airosa, en lugar de retomar el camino de la sinceridad y la forma de ser del ciudadano común, se aparece como una persona agresiva e intransigente, haciendo acusaciones temerarias a Obama, como decir que mantiene asociaciones con terroristas, dignas de las peores campañas sucias de Washington. Imputación que ni siquiera un irascible y gruñón McCain se atrevió a mencionar en el último debate con Obama. Estos ataques extremos nos hacen sospechar que los republicanos actúan con desespero. Si estos no retoman el camino y el “feeling” de reformistas y del cambio sin saltos al vacío, que representaron en la convención, irremediablemente perderán las elecciones.
Vladimir Gessen.


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jueves, 2 de octubre de 2008

LA CRISIS DEL CAPITALISMO

Algunos comunistas creen que la inestabilidad económica mundial que estamos viviendo le abrirá las puertas a un socialismo del siglo XXI. Pero no será así. Sin embargo, es necesario cambiar la forma de conducir el sistema capitalista sí queremos evitar la anarquía o el neototalitarismo.La reforma capitalista que comenzaran, en la década de los ochenta, Ronald Reagan y Margaret Thatcher y expandió el crecimiento mundial, el empleo, la prosperidad e impulso la “mundialización” de la economía llegó a su fin. Del neoliberalismo tendremos que pasar hacia la economía social de mercado, con una fuerte intención y praxis en pro del desarrollo de los sectores económicamente limitados o desposeídos. Tampoco se podrá hablar de economía mundial sana si esta no incluye a los países no desarrollados.
La mano invisible del mercado que debió equilibrar la economía y generar riqueza y bienestar para todos, funcionó en principio durante un tiempo en algunos países, pero en el mediano plazo condujo a abusos corporativos, a prácticas deshonestas, a enriquecimientos ilegítimos, al capitalismo salvaje y a la presente crisis de la economía mundial. El balance del neoliberalismo en Latinoamérica fue francamente negativo.
No obstante, el capitalismo probó durante un siglo que no tiene alternativa válida, porque su antítesis, el comunismo, demostró su inviabilidad en la extinta Unión Soviética, en China, en Cuba, en Corea del Norte y en todos los países que lo intentaron.
La dictadura del proletariado y la negación de la propiedad individual acarrean pobreza porque suprimen el incentivo personal. Los supuestos de igual remuneración para igual empleo, a cada quien según su trabajo, en la fase socialista, y a cada quien según su necesidad en la fase comunista, congelan la productividad, y la falta de libertades niegan la creatividad, el ingenio y la iniciativa de inventar.
Un capitalismo regulado con intervención del Estado, genera mas riqueza, progreso y felicidad que el comunismo, sistema que empobrece a los que más tienen y vuelve miserable a los más pobres, además de destruir a la clase media.
Cuando la crisis de la década de los años treinta, el siglo pasado, John Maynard Keynes escribió una teoría económica como respuesta a la gran depresión que incluía una “política fiscal” para intervenir el mercado y regularlo. Sin quebrantar las libertades de los ciudadanos y sin coartar libertades, los países democráticos del mundo enfrentaron las crisis con un capitalismo reformulado a la altura de esos tiempos. Otras naciones pensaron que mediante un control férreo del Estado y con una planificación centralizada lograrían mejores resultados. No fue de esta forma, el fascismo en Italia, el nazismo en Alemania y el comunismo en los países que lo practicaron pagaron un alto precio social sin tener el éxito esperado. La dictadura del proletariado hizo a los trabajadores del socialismo comunista más desheredados que el capitalismo.
Tenemos dos sistemas que nos han mostrado históricamente sus desempeños. Ahora debemos dejar atrás al capitalismo salvaje y avanzar al futuro. La salida no puede ser hacia el pasado.
Por ahora, apostamos al capitalismo en función social o economía social de mercado, o como dicen los chinos, hacia un “socialismo” de mercado, pero con pleno ejercicio de las libertades, las prácticas democracias y la observancia absoluta de los derechos humanos.

Vladimir Gessen.
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jueves, 25 de septiembre de 2008

UN “AUTOGOLPE” POSIBLE

La estrategia de Chávez es mantenerse en el poder y maneja dos tácticas básicas: Una, la vía electoral y otra, suspender “legalmente” la democracia en Venezuela.

Hugo Chávez siempre manejó estos dos escenarios. Cuando su estrategia era tomar el poder, lo intentó primero con una asonada militar. Luego, tomó el camino de las elecciones y logró su objetivo. En el actual escenario electoral, el presidente hace lo mismo. Intentará ganar por votos. Sin embargo, Chávez está consciente que puede perder importantes gobernaciones y alcaldías, lo cual sería un impedimento a una improcedente enmienda constitucional reeleccionista, único escenario que lo perpetúe en el mando, evitando probables múltiples enjuiciamientos.
Chávez comprende que es clave para mantenerse en el poder la apariencia democrática y su legalidad. Por ello, podría escoger una opción autoritaria y despótica pero viable:
Si Chávez asumiera poder total, podría dictar todas las medidas de orden social, militar, económico, político o ecológico que estime conveniente, podrá delegar su ejecución, total o parcial, en comandantes de guarnición o cualquier otra autoridad que el Ejecutivo designe.
Podrá obligar que toda persona natural o jurídica, de carácter público o privado, coopere con las autoridades para la protección de personas, bienes y lugares, pudiendo imponerles servicios extraordinarios. La resistencia a cooperar sería sancionada. Podrá limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad, tomar las medidas necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el funcionamiento de los servicios y de los centros de producción. Podrá hacer erogaciones aunque no estén incluidas en la Ley de Presupuesto y cualquier otra medida que se considere necesaria. Podrá suspender temporalmente las leyes vigentes, con medidas dictadas por decreto. Podrá ordenar la movilización de cualquier componente o de toda la Fuerza Armada y podrá requisar los bienes e inmuebles de propiedad particular. O sea, toda una legislación al servicio de un dictador.
Esta opción “autogolpista” sería decretar un estado de excepción y hacer uso de los artículos 337, 338 y 339 de la Constitución Nacional y de la Ley Orgánica de Estados de Excepción, los cuales contemplan “estado de alarma”, “estado de emergencia económica”, “estado de conmoción interior” y “estado de conmoción exterior”. Todo lo que se requiere es que el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial “interpreten” que existe un estado de de conflicto interno, circunstancias extraordinarias que afecten gravemente la vida económica y que ponga en peligro la seguridad de la Nación, de sus ciudadanos e instituciones.
Esta alternativa explicaría por qué la campaña del presidente se centra en hablar de golpe contra el gobierno, de la investigación de un magnicidio, de la expulsión del embajador de EEUU, de enviar tropas a Bolivia, de los ataques a los medios de comunicación, de la auto asignación del rango militar de comandante en jefe, de meter presos a militares retirados, a líderes opositores, de conspiraciones, de guerras, de crisis económicas, sociales, políticas y militares.Por último, recordamos que en un estado arbitrario, la suspensión de las garantías en un estado de excepción puede convertirse, en la norma, y ser ilimitado en el tiempo, siempre que la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia, estén de acuerdo.
Vladimir Gessen.

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jueves, 18 de septiembre de 2008

NO AL GOLPE DE ESTADO Y MAGNICIDIO

La oposición democrática debe pronunciarse categóricamente en contra de un golpe de estado militar y de un asesinato presidencial.

En esta materia, no puede haber medias tintas. Los demócratas tienen que sentirse indignados cuando escuchan a algunos decir que el término del mandato de un presidente electo debe ser el magnicidio. Las salidas de fuerza solamente han conducido a mayor violencia como lo demuestra el asesinato de Gaitán en Colombia. Quienes piensan y calculan que con la muerte de un mandatario se resuelve la crisis que atraviese una nación se equivocan. Este crimen solamente provocaría una ola de fanatismo, brutalidad y barbarie.
Si quien lo ejecutara fuera cercano al poder, protagonizará una persecución sangrienta de los supuestos culpables en el seno de la oposición. Si por el contrario, el movimiento magnicida fuera opositor al gobierno, tendría que someter de forma atroz a los oficialistas que seguramente contraatacarán. En ambos casos, la consecuencia sería la guerra civil o, como alternativa, una dictadura de uno u otro signo.
Todo defensor de la libertad, tiene que pensar en España y Chile. En ellos, los autócratas evitaron el comunismo, pero sufrieron feroces autoritarismos en donde la muerte y la tortura se hicieron cotidianas. Los demócratas deben hacer un doble esfuerzo, por una parte imposibilitar que el neototalitarismo de izquierda en Hispanoamérica conculque las libertades y los derechos humanos, y por la otra, impedir que como consecuencia de los atropellos de los nuevos déspotas, caigamos en la tiranía y la opresión militar.
Las recientes resoluciones de UNASUR aparentemente respaldaron a Evo Morales en el conflicto Boliviano, y Hugo Chávez hasta cantó victoria por ese supuesto apoyo. Sin embargo, su lectura reitera tres preceptos democráticos claves: Uno, se le dio un no rotundo a las dictaduras y al principio de que no se reconocerán gobiernos no electos por el pueblo. Dos, se afirmó la doctrina de no intervención de un país en los asuntos internos de otro, y tres, se requirió que las partes en pugna encuentren la salida al conflicto a través del dialogo democrático.
Estos mandatos multilaterales obligan a los aspirantes a dictador, a medir sus pasos antidemocráticos, porque su legitimidad depende de mantener la apariencia de democracia aunque no sea de su agrado… y este será su talón de Aquiles.
Los pueblos de Venezuela y Bolivia están demostrando que el “socialismo del siglo XXI” o comunismo del siglo XX, no se podrá imponer con la mitad o menos de los ciudadanos de un país; lo cual forzará alternativas en democracia.
Las fuerzas armadas deben entender estos claros mensajes. Los Pueblos ya probaron el régimen de libertad y no quieren volver al oscurantismo militarista. Se imaginan ustedes tratar de imponer un gobierno militar en Argentina, Venezuela o Brasil ¿Cuántos ciudadanos masacrados costaría? ¿Cuántos crímenes de lesa humanidad?
Las actuales circunstancias en algunos países le exigen a los ciudadanos de uniforme que se conviertan en los defensores de la única juez imparcial que puede prevenir un desastre fratricida: La carta magna del país. Todo dentro de las leyes, nada fuera de ellas. Martin Luther King, Mahatma Ghandi y Nelson Mandela mostraron que el camino a la victoria no es la revancha sino la resistencia, las luchas civiles y el hacer uso de la ley suprema de una nación, la Constitución.

Vladimir Gessen.
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jueves, 11 de septiembre de 2008

GABINETE, CONGRESO Y SALA SITUACIONAL

La oposición requiere constituir urgentemente un “Gabinete Democrático”, una “Sala Situacional” y un “Congreso de la Libertad”.

La estrategia de Chávez es imponer el socialismo. Su primera táctica ha sido ganar el poder, vía elecciones, a como de lugar. Este frente de lucha electoral le da a Chávez un manto de legitimidad, o al menos de “legalidad” ante la comunidad de naciones. Sin embargo, este no es el único frente de lucha del comandante en jefe. Los principales son los estratégicos: Uno, el de marchar hacia el socialismo. En este campo, Chávez avanza de forma incesante en el plano social, económico y político. Venciendo obstáculos, un paso atrás y dos adelante. Desviándose cuando es necesario pero regresando a la misma dirección. El segundo frente es el militar. Tratando de someter a la FAN en su totalidad. El tercer frente es la participación en la formación de un eje antiestadounidense conjuntamente con países europeos, asiáticos, africanos, del Medio Oriente, y de Latinoamérica. El cuarto frente de lucha es preparar a Venezuela para una confrontación con los Estados Unidos y/o Colombia. El quinto frente es el adoctrinamiento masivo. La venta de su proyecto “rojo”. El sexto frente, el “legal”, donde ha puesto en practica más de 70 leyes interventoras y amenazadoras de la libertad. En el séptimo frente, el diplomático, con su gestión petrolera busca neutralizar a la OEA, y ahora, con su reciente “alianza estratégica” con Rusia y China, intenta ganar un veto en el consejo de seguridad de la ONU que impida sanciones contra Venezuela en la eventualidad de que Chávez lograra sus objetivos más temerarios.
El oficialismo cuenta con recursos para seguir su estrategia. Tiene liderazgo, vanguardia, gabinete, alto mando militar, sala situacional, doctrina y propuesta política, y organización.
La oposición política y social no puede pretender “matar un burro a pellizcos”. La derrota al proyecto de Chávez debe ir más allá del escenario electoral. Los ciudadanos que defienden la libertad son absoluta mayoría en Venezuela. No obstante, solamente se organizan y movilizan para ir a votar en las elecciones. Lo cual es excelente sin olvidar que la pelea hay que darla en todos los frentes y todo el tiempo. Chávez intenta imponer el socialismo los ¡365 días! cada año, desde hace una década. Si la oposición no genera un encuentro de la sociedad civil junto a las organizaciones políticas y consolidan un liderazgo, una vanguardia y dan la pelea a diario, con propuestas, respuestas y planes específicos, la República que defendemos se perderá. Por esto, propongo que los distintos sectores de la sociedad que hoy se expresan desde sus respectivas organizaciones sociales, políticas, de militares en situación no activa, de la sociedad civil, sindicales, empresariales, estudiantiles y religiosas, conformen: Primero: Un “Gabinete Democrático” que emule a los gabinetes de sombra que existen constitucionalmente en naciones como Canadá e Inglaterra y que hacen el contrapeso al gobierno, semana a semana. Segundo: Una “Sala Situacional” que planifique y dirija la ofensiva y la defensa de la libertad, los derechos humanos y la Constitución, y tercero: Crear el “Congreso de la Libertad”, donde sean electos los representantes de los factores que defienden este valor humano, para que sirva de Parlamento y Foro Político y Social permanente. La pelea, será peleando.
Vladimir Gessen.
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jueves, 4 de septiembre de 2008

EL "HOMBRE FUERTE" DE VENEZUELA

Chávez logró el grado militar que quería tener, el de comandante en jefe, de modo permanente, con uniforme, unidad militar y con funciones castrenses específicas, de acuerdo a los artículos 6º y 64º del decreto-ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.


Esto lo convierte en oficial activo y en conformidad a la vigente Constitución (Artículo 238) debe actuar “profesionalmente, sin militancia política”, se encuentra “al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso de parcialidad política alguna”, por lo que no puede ser comandante en jefe y a la vez presidente de un partido político, ni candidato a ningún cargo electo mientras ejerza ese rango militar, ni hacer campañas electorales a favor de miembros de organizaciones políticas. Por lo que, sin dudas, nuevamente el presidente ignora la Carta Magna y el Tribunal Supremo de Justicia, una vez más, no se ha percatado de ello.
Lo que no tiene sentido es que se auto otorgue este grado, cuando el presidente de Venezuela por mandato constitucional, dirige y ejerce el mando supremo de la fuerzas armadas, en su carácter de comandante en jefe, pero sin grado militar, ni uniforme, ni permanente, como es natural en un gobierno civil y democrático. Entonces, nos tenemos que preguntar por qué Chávez se da el grado con asignación militar. ¿Qué quiere Chávez? Será que piensa que puede dejar de ser presidente al término de su mandato y seguir siendo el comandante en jefe del ejército y la milicia. ¿Buscara controlar y seguir mandando desde los cuarteles, aun después de dejar de ser presidente? ¿Estará preparando el terreno para cuando termine su ejercicio presidencial, convertirse en el “hombre fuerte” de Venezuela, como antes otro jerarca militar lo fue de Panamá?
Recordemos que el teniente coronel Omar Torrijos en 1968 dio un golpe de estado al presidente electo Arnulfo Arias. Luego, se auto ascendió a General de Brigada y años más tarde, a través de una Asamblea Constituyente dominada por las fuerzas de defensa panameñas y por el “torrijismo” promulgaron una constitución que en su artículo 277º establecía: “Se reconoce como Líder Máximo de la Revolución panameña al General de Brigada Omar Torrijos Herrera, Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa. En consecuencia se le otorga, el ejercicio de las siguientes atribuciones: Coordinar toda la labor de la Administración Pública; nombrar al Ejecutivo, nombrar y destituir a los Ministros de Estado y a los Miembros del Legislativo; nombrar al Contralor General y al Subcontralor General, a los Directores Generales de las entidades autónomas y a los Magistrados del Tribunal Electoral, a los Jefes Oficiales de la Fuerza Pública y el Escalafón Militar; a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, al Procurador General, acordar la celebración de contratos, negociación de empréstitos y dirigir las relaciones exteriores. Puede asistir con voz y voto a las reuniones del Gabinete Ejecutivo y del Legislativo, y participar en los debates de la Asamblea Nacional y de los Consejos Provinciales y de las Juntas Comunales”. Después de Torrijos, ocupó la comandancia en jefe, el general Manuel Antonio Noriega. Por eso a los dos los llamaron “el hombre fuerte de Panamá”
¿Será la copia de este concepto, versión siglo XXI, lo que intentará imponer Chávez antes de dejar la presidencia de este período en 2013?
El que tenga ojos que vea… cualquier parecido no es coincidencia. Chávez quiere ser el "hombre fuerte" de Venezuela.
Vladimir Gessen.
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