domingo, 9 de septiembre de 2007

EN EL MEDIO


Es complicado ubicarse en el centro político en Venezuela. Por un lado, los oficialistas radicales consideran su adversario a quien no comparta al cien por ciento sus criterios y pensamiento. Por la otra parte, cuando se reconoce alguno de los aciertos del gobierno, los opositores le etiquetan de “chavista” al que lo haga.Un enorme porcentaje de venezolanos ha sido clasificado como “NI-NI” en las encuestas porque no estaban con el gobierno ni con la oposición. Pero no se puede ser ni-ni, así como tampoco se es anti-algo.Cuando uno le pregunta a opositores cómo se cataloga políticamente, la respuesta más frecuente es: “Soy anti-chavista”. Es como si al preguntarle a una persona cuál culto religioso profesa, le respondiera que es “anti-protestante”, “anti-católico”, “anti-judío” o “anti-musulmán”. Uno no puede definirse así, como “anti”, sino más bien como católico, cristiano, judío o musulmán. Ser anti-algo es no ser nada. Declararse “NI” del gobierno “NI” de la oposición, aunque sobren razones para ello, es decir que uno no está de acuerdo con nada de lo que hace el oficialismo y los opositores. Entonces, tendríamos que preguntarnos con qué sí se está conforme...La pugna nada tolerante ni verdaderamente democrática, entre ambos sectores políticos, conlleva que por lo menos un cuarenta por ciento de venezolanos se abstengan de participar en política porque se sienten amenazados por la intransigencia y el fanatismo de los extremistas de cada sector, ante las lógicas críticas que se puedan hacer a las dos parcialidades.Si se le señala al gobierno errores u omisiones, quien lo origine será difamado por los sectarios del oficialismo. Otro tanto ocurrirá cuando se desacredite a quien indique los traspiés o imprevisiones de la oposición por los más intransigentes opositores.Estamos convencidos que una buena parte del equipo de gobierno ha tratado de llevar adelante un proyecto que permita el desarrollo del país, en donde el confort y el bienestar alcancen para todos. No estamos de acuerdo con el fundamento ideológico en el cual descansa y pensamos que a largo plazo será peor el remedio que la enfermedad. No obstante, no desconocemos los logros del gobierno y el mejoramiento de distintos sectores de la sociedad. Tampoco ignoramos que un solidó porcentaje de venezolanos respalda a Hugo Chávez.Creemos que distintos factores de la oposición han defendido a cabalidad las libertades y los derechos humanos que tantos sacrificios han costado. Rechazamos si, los extremismos, la irracionalidad, la intimidación y la intolerancia de cada lado. Muchas personas apoyamos al gobierno en algunas cosas y en otras no. Equivalentemente, avalamos los desvelos y luchas de los opositores que van ganando paso a paso un lugar cada vez más predominante como alternativa de gobierno al anunciado partido socialista. Estaremos “CON-CON”, con el gobierno y con la oposición cuando cada uno realice su mejor trabajo por la Nación.
Vladimir Gessen. (vladimirgessen@gmail.com)