jueves, 3 de julio de 2008

CHAVEZ, INGRID Y EL CHE

El rescate de Ingrid Betancourt es un hito que señala el fin de las FARC. Se realizó sin violencia y sus resultados son un llamado a la paz. Las expresiones de esta noble mujer han sido de reencuentro de todos los colombianos y un mensaje de concordia a todos los ciudadanos del mundo.

La muerte del “Che” el 9 de octubre de 1967 asimismo significó un hito importante. Marcó el inicio del fin de la subversión guerrillera que comenzó en los años sesenta. Con la muerte de Guevara expiró la teoría del “foco guerrillero” que defendía junto izquierdista francés Regis Debray. El cuerpo del “Che” fue el símbolo del entierro de un método de lucha, el icono de que esa forma de intentar tomar el poder por medio de la violencia y el terrorismo, al menos en América Latina, sería derrotada.
En Colombia, las guerrillas de las FARC sobrevivieron aun distanciándose del apoyo de Cuba, donde hasta Fidel Castro entendió que era tiempo del repliegue guerrillero. Subsistieron porque desarrollaron una industria criminal como medio para conseguir recursos que con el tiempo se convirtió en un fin en sí mismo. El “sabotaje” palabra utilizada por el “Che” para disimular los actos terroristas se transformó en secuestro, en extorsión y a la postre en una simbiosis con el narcotráfico. La guerrilla transmutó a una banda de forajidos que practica el asesinato, el robo, el chantaje, la violación de menores, la trata de blancas y el tráfico de drogas. Así, se ganaron el desprecio de los colombianos y del mundo. Poco a poco, los graves errores, su política de alianzas con el crimen organizado y las desviaciones ideológicas, filosóficas y de vida de sus comandantes, les fue quitando el apoyo y las simpatías que tenían. La arremetida de las fuerzas armadas colombianas y el acoso militar tienen a esta banda de forajidos muy cerca de la desintegración final.
A diferencia del “Che”, Ingrid tiene la vida por delante. Su figura en el tiempo crecerá ante todos. Podrá llegar a la presidencia de su país o se transformará en un símbolo de alguna causa mundial por la paz o escribirá o buscará su felicidad familiar. Pero, sea el caso, estamos seguros que para Ingrid este episodio no es el final del libro sino el inicio de una nueva vida que sin duda hará historia, por su aplomo, por su generosidad, su grandeza, su humanidad.
El “Che” siempre le cantó a la violencia, llegó a decir “la muerte, bienvenida sea”. Hoy, Ingrid les dice a todos que ella le da la bienvenida a la vida, a la libertad, a la democracia, a las elecciones, al afecto, a la armonía, a la avenencia, a la amistad, a la conciliación. Da su mano y pide las manos de todos para trabajar por la paz.
Hugo Chávez debe meditar lo que está ocurriendo. Su “nariz” política tiene que estarle diciendo lo errado que ha estado su comportamiento y sus “tácticas”. Buscar popularidad es un medio y no puede convertirse en un fin en sí mismo o en estrategia.
Ya sus seguidores descocados han comenzado a nadar contra la historia tratando de descalificar a Ingrid Betancourt. Si Chávez sigue este camino: ¡Craso error!
Chávez ha dicho que abandona los “dos, tres Vietnam” que pregonara el “Che”, pidió a las FARC que entregue los rehenes, se va a reunir con Uribe, que el “proceso” o la revolución deben ser logrados con votos y no con fusiles. Solamente esperemos que en lugar de una “táctica” sea realmente un cambio estratégico. Si no, también será el final de Chávez.
Vladimir Gessen.

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