jueves, 4 de octubre de 2007

¿Unidad?


La oposición venezolana se encuentra dividida como es natural en democracia.


Un sinnúmero de personas y organizaciones piden unidad de la oposición para anteponerse al proyecto de Hugo Chávez.
Así, les han exigido a los dirigentes de los distintos grupos, movimientos y partidos de oposición que se unan para derrotar al líder oficialista. Sin embargo, no se toma en cuenta lo que la historia nos indica: Los cambios profundos requieren primero de un planteamiento diferente al status, una ideología, principios, conjunto de creencias o al menos una propuesta. Segundo, una organización política y tercero, un liderazgo.
En Venezuela aún no se ha popularizado una propuesta viable y atractiva para la mayoría. Tampoco se ha ofrecido un cuerpo de principios o una ideología en la cual la gente crea y considere. A pesar de ello las organizaciones políticas han comenzado a aparecer y algunos dirigentes también.
Los grandes cambios de la historia han contado con los tres elementos, Haya de la Torre en Perú junto al APRA, o Rómulo Betancourt con Acción Democrática en Venezuela formularon el plan socialdemócrata con todas las reivindicaciones que establecieron. Luego vendrían las versiones socialcristianas con líderes de peso como Caldera en Venezuela o Frei en Chile. En otras latitudes Lenin, Mao, Fidel Castro, sus respectivos partidos y la promesa comunista. En el presente podríamos citar a Lula, su partido de los trabajadores y la promesa del cambio social.
Si observamos las transformaciones de status en donde se presentaron, siempre tenemos esa constante: Líder, organización y propuesta. Asimismo apreciaremos que quienes han alcanzado los objetivos, incluido Chávez, han empezado como exiguas minorías que, poco a poco, han crecido hasta alcanzar la “unidad” con la mayoría del pueblo y en ese momento toman el poder y aplican sus proyectos.
En democracia y libertad la mayoría se cuenta en votos. Pero cuando han sido con fusiles, también existieron los “líderes”, en estos casos jefes como Pinochet, en lugar de organización política se usó la estructura castrense, y el plan generalmente ha sido el autoritarismo desarrollista como el caso chileno y sus “Chicago boys”.
En Venezuela, la oposición pasa por el proceso de consolidar distintas proposiciones, una de las cuales en alguna coyuntura obtendrá el apoyo mayoritario, como Rómulo Betancourt y AD, como Rafael Caldera y COPEI, como Hugo Chávez y el MVR. En ese instante es que Manuel Rosales, Teodoro Petkoff, Julio Borges, Herman Escarrá, Leopoldo López, William Ojeda u otros líderes en ascenso no presentes hoy, en conjunto con sus partidos, Un solo Pueblo, Primero Justicia, Comando Nacional de la Resistencia, Un Nuevo Tiempo, u otros, podrán obtener la victoria. No obstante, debemos destacar que absolutamente todos deben pasar de las notas negativas y de la política “anti”, a las notas positivas y su propuesta. La oferta al país no puede ser únicamente salir de Chávez y lo que representa, debe contener un programa de cómo desarrollar al país en un lapso perentorio y sacar de la pobreza a los desposeídos.
Todas las opciones son validas, la oposición no debe proseguir descalificándose entre sus partícipes. Se debe acordar un compromiso de no agresión y de respeto. Cada movimiento haga sus planteamientos, organice sus adeptos y salgan sus dirigentes a convocar a los ciudadanos. Al final el pueblo decidirá cuál es su mejor opción y la que logre la más significativa unidad.
Vladimir Gessen

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