jueves, 8 de noviembre de 2007

CLAVES PARA ENTENDER EL CASO BADUEL


El general, ex ministro de defensa Raúl Isaías Baduel y compañero de revolución de Chávez, expresó que es un “golpe de estado” la forma como se quiere alterar la Constitución en Venezuela.


Se refería al artículo 342 de nuestra Carta Magna en donde se especifica que una reforma constitucional no puede modificar su estructura y principios fundamentales, como se pretende, declarando al Estado socialista, eliminando de hecho el pluralismo democrático.
Entonces, si Baduel afirma que es un golpe a la constitución, debió llamar a la fuerza armada venezolana a cumplir con sus preceptos y evitarlo por el claro mandato que tiene (artículos 328 al 331) de defender los principios pautados en la ley de leyes venezolana.
Además, el Artículo 333 establece que la Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque se derogase fuera de ley. “En tal eventualidad, toda autoridad, tendrá el deber de restablecer su efectiva vigencia”.
Así, nos preguntamos por qué Baduel no hizo el llamado a la FAN de aplicar el artículo 350 que instituye que “El pueblo de Venezuela… desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos”. Sorprendentemente y en desacorde con su fuerte discurso meramente convocó a votar en las elecciones por el NO.
Esto nos demuestra dos posibilidades no excluyentes la una de la otra: Una, que Baduel no tiene la fuerza militar interna para emplazar a los ciudadanos de uniforme; es decir, no cuenta con los “cañones” suficientes para que la FAN desconozca a las autoridades constituidas por miembros del oficialismo que participan de la reforma como lo son el Presidente y Comandante en Jefe, la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Supremo Electoral.
Dos, que Baduel sale a la palestra pública y toma la calle para crear las condiciones objetivas para una insurrección, antes, durante o después del referéndum.
Otra probabilidad es que Baduel forme parte de una estrategia oficialista y militar, para crear una nueva oposición al gobierno pero leal al régimen. El gobierno cívico-militar de Venezuela requiere mantener una imagen internacional democrática. En este esquema se basa su aceptabilidad por parte de la comunidad de naciones. Pero el “chavismo” teme a la oposición actual, a la cual sitúa como golpista. Chávez preferiría una oposición que nunca irrumpa en contra de su gobierno aunque le ceda algunas gobernaciones como Aragua y Sucre. Baduel y el partido Podemos pueden cumplir este papel.
Por su lado, el alto mando militar precisa frenar al Chávez megalómano y ponerle freno al “huracán” desbocado que representa en algunas oportunidades. Una oposición fuerte, liderada por un militar, aunque mediatizada, permitiría algunos equilibrios.
Los escenarios que se presentarán en el referéndum de reforma constitucional serían: Primero: El oficialismo controla, de una u otra manera, los resultados electorales. Estimamos que se “contarán” no menos de un 60 % de los votos a favor del SI. Segundo. En un escenario de alta abstención, Chávez logrará legalidad pero no legitimidad. Con una baja abstención, consigue legalidad y más legitimidad.
En ambos casos, al sumarse los votos “NO” junto a la abstención, se superará ampliamente el 50 % de los electores, por lo que la legalidad existirá pero no la legitimidad.
La segunda línea de defensa, la resistencia al totalitarismo, seguirá creciendo y en algún momento llegará el punto de quiebre, el cual nos ilusionamos sea por la vía pacífica y democrática.
Vladimir Gessen
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