Coincidimos con el editorial de Venevisión transmitido por Gustavo Cisneros cuando afirmó que “nos situamos en un centro de compromiso, en un centro que adelanta una política de equilibrio… No es fácil tomar una posición equilibrada cuando algunos personeros del gobierno quieren canales de televisión que reporten solamente noticias positivas para el gobierno… Tampoco es fácil tomar una posición equilibrada cuando algunos de la oposición, quieren que se reporten solamente las noticias negativas contra el gobierno”
Hemos sufrido durante más de una década un ambiente social en donde se ha pasado de la confrontación democrática entre contrincantes políticos, al enfrentamiento entre enemigos. El 13 de abril manifestamos que era complicado ubicarse en el centro político en Venezuela dado que los oficialistas radicales consideran su adversario a quien no comparta al cien por ciento sus criterios y pensamiento, y por la otra parte, cuando se reconoce alguno de los aciertos del gobierno, los opositores intolerantes etiquetan de “chavista” al que lo haga. El 15 de junio, dijimos que los estudiantes que manifestaban coincidían en promover la libertad de expresión estimulando la tolerancia, la integración y los puntos de coincidencia. De seguir ganando espacio esta forma de pensar y de actuar, los fanáticos, intolerantes y sectarios, de lado y lado, no podrán seguir imponiendo su hostilidad. La cohesión social será el freno al totalitarismo que propugnan los extremistas de bando y bando, cuyo final previsible sería la dictadura, la violencia y la segregación del contrario. Luego, el 22 de junio insistimos a favor del equilibrio y señalamos que los chinos creen que un desequilibrio entre el Yin y el Yang produce inestabilidad, perturbación y crisis. El equilibrio ocurre cuando se nivelan estas dos fuerzas opuestas. Sin equilibrio no habría gobierno o sistema que sobreviva. El socialismo y el capitalismo, de una u otra manera, han buscado equilibrarse para existir.
Pensamos que es necesario fortalecer el centro social y político para lograr que los extremistas de parte y parte abandonen los fanatismos ideológicos y busquemos, junto a los inmensos factores moderados del oficialismo y de la oposición, las soluciones pragmáticas que permitan la gobernabilidad y el éxito en la gestión presidencial para el bien de la nación.
Los opositores deben comprender que Hugo Chávez es el presidente electo por la mayoría, aunque no estén de acuerdo con su gestión. Se debe hacer una oposición democrática partiendo de este hecho.
Hace un tiempo personas intrigantes del gobierno filtraron una conversación privada de Carlos Bardasano hablando con el presidente de VTV. Entonces, fanáticos “antichavistas” denigraron del alto ejecutivo de Venevisión. Nos oponemos a hechos como este. Carlos Bardasano y Gustavo Cisneros tienen el derecho de pensar, actuar y manifestarse como quieran tanto en público como personalmente y asumir el punto de vista que juzguen conveniente. Chávez también, todo oficialista y opositor: igual. Nadie puede ser sometido al escarnio por su manera de ser, sentir, de pensar o de expresarse. Respetamos la posición de Gustavo Cisneros así como lo hemos hecho ante la asumida por Marcel Granier en defensa de sus ideas e intereses. Lo que sí debemos todos hacer es ceñirnos a la Constitución Nacional y a las leyes vigentes en nuestro país. Este puede ser un buen “centro” para comenzar el diálogo en lugar del sometimiento. Como manifestó Cisneros: “Es obligación hacer todo lo posible para ayudar a que el país entienda la historia que él mismo está escribiendo, y a la larga será él quien decida”.
Hemos sufrido durante más de una década un ambiente social en donde se ha pasado de la confrontación democrática entre contrincantes políticos, al enfrentamiento entre enemigos. El 13 de abril manifestamos que era complicado ubicarse en el centro político en Venezuela dado que los oficialistas radicales consideran su adversario a quien no comparta al cien por ciento sus criterios y pensamiento, y por la otra parte, cuando se reconoce alguno de los aciertos del gobierno, los opositores intolerantes etiquetan de “chavista” al que lo haga. El 15 de junio, dijimos que los estudiantes que manifestaban coincidían en promover la libertad de expresión estimulando la tolerancia, la integración y los puntos de coincidencia. De seguir ganando espacio esta forma de pensar y de actuar, los fanáticos, intolerantes y sectarios, de lado y lado, no podrán seguir imponiendo su hostilidad. La cohesión social será el freno al totalitarismo que propugnan los extremistas de bando y bando, cuyo final previsible sería la dictadura, la violencia y la segregación del contrario. Luego, el 22 de junio insistimos a favor del equilibrio y señalamos que los chinos creen que un desequilibrio entre el Yin y el Yang produce inestabilidad, perturbación y crisis. El equilibrio ocurre cuando se nivelan estas dos fuerzas opuestas. Sin equilibrio no habría gobierno o sistema que sobreviva. El socialismo y el capitalismo, de una u otra manera, han buscado equilibrarse para existir.
Pensamos que es necesario fortalecer el centro social y político para lograr que los extremistas de parte y parte abandonen los fanatismos ideológicos y busquemos, junto a los inmensos factores moderados del oficialismo y de la oposición, las soluciones pragmáticas que permitan la gobernabilidad y el éxito en la gestión presidencial para el bien de la nación.
Los opositores deben comprender que Hugo Chávez es el presidente electo por la mayoría, aunque no estén de acuerdo con su gestión. Se debe hacer una oposición democrática partiendo de este hecho.
Hace un tiempo personas intrigantes del gobierno filtraron una conversación privada de Carlos Bardasano hablando con el presidente de VTV. Entonces, fanáticos “antichavistas” denigraron del alto ejecutivo de Venevisión. Nos oponemos a hechos como este. Carlos Bardasano y Gustavo Cisneros tienen el derecho de pensar, actuar y manifestarse como quieran tanto en público como personalmente y asumir el punto de vista que juzguen conveniente. Chávez también, todo oficialista y opositor: igual. Nadie puede ser sometido al escarnio por su manera de ser, sentir, de pensar o de expresarse. Respetamos la posición de Gustavo Cisneros así como lo hemos hecho ante la asumida por Marcel Granier en defensa de sus ideas e intereses. Lo que sí debemos todos hacer es ceñirnos a la Constitución Nacional y a las leyes vigentes en nuestro país. Este puede ser un buen “centro” para comenzar el diálogo en lugar del sometimiento. Como manifestó Cisneros: “Es obligación hacer todo lo posible para ayudar a que el país entienda la historia que él mismo está escribiendo, y a la larga será él quien decida”.
Vladimir Gessen. (vladimirgessen@gmail.com)