Chávez quiere reelegirse indefinidamente aunque los venezolanos le dijeron que no. Los colombianos quieren que Uribe sea reelecto otra vez. Lula no quiere reelegirse, pero suenan “piedras” reelecionistas en Brasil.
A los tres, modestamente, les pedimos que no le hagan ese daño a sus naciones ni a Latinoamérica. Siempre, habrá razones para justificar la reelección pero la experiencia muestra que los gobernantes se eternizan en el poder destruyendo las instituciones. Además, la historia hispana indica como desembocan en autoritarismo y caudillismo, cuando no en sangrientos eventos.
En el momento que una autoridad, electa o no, se erige como salvador y único líder capaz de “sacar al país de abajo” y no cree en la actuación de sus conciudadanos, el equilibrio de poder de la República entra en bancarrota por definición.
En principio se buscaba la separación de poderes para evitar que una sola persona o institución abarcara todo el poder en el absolutismo. Esta separación de poderes se encuentra asociada a la alternabilidad en el poder, es el fundamento esencial de lo que se entiende por un Estado de Derecho y es la clave central de republicanismo. Por el contrario, la concentración de poder y la perpetuidad en las posiciones de autoridad se asocia a la dictadura, la monarquía y la oligarquía.
A lo largo de la historia el pensamiento humano evolucionó esta doctrina hasta el presente. Aristóteles, en su “Política” dio sus pininos de manera muy embrionaria en este tema. Locke ya perfila la separación de poderes y también es trabajada por Hobbes y Rousseau la idea, pero la enunciación la realiza el Barón de Montesquieu, a través “Del espíritu de las Leyes”. La República se consolida con la revolución francesa y la de los Estados Unidos de América.
El Comandante en jefe de la independencia y revolución estadounidense, George Washington fue el primer presidente de ese país por dos períodos y aunque pudo haberse reelecto varias veces dada su popularidad y poder, considero no hacerlo sino una vez. El creía fervientemente que era más importante que se fortalecieran las instituciones republicanas que un solo individuo.
Montesquieu manifestaba que era imperioso salvar la acumulación de potestades en una sola persona porque era una garantía contra un gobierno tiránico y despótico.
Si se cierran las vías de la alternabilidad republicana se abren autopistas para que las autoridades se corrompan y los sectores oligárquicos penetren y convivan con el poder pervertido. Asimismo, los sectores que desean aportar soluciones a los problemas del país y no pueden hacerlo ya que no tienen acceso a posiciones de comando social, económico, político o militar, buscarán formulas insurreccionales para lograrlo, con la dosis de violencia y muerte que tanto hemos visto en Hispanoamérica.
En Venezuela la perpetuación en el poder por parte de cúpulas y caudillos de los partidos Acción Democrática y COPEI o de las centrales sindicales, impidieron la renovación del liderazgo político y social del país y tuvo consecuencias trágicas para todos, además de devastar a estas dos organizaciones políticas.Es fatal para un pueblo que la opción para mantener una política o una forma de gobierno dependa de un hombre y no de sus ciudadanos e instituciones. Un verdadero líder es aquel que perpetúa su obra a través de entidades que ayudó a crear y con sucesores electos gobernando, luego de vencido su propio mandato.
jueves, 3 de abril de 2008
CHAVEZ, LULA, URIBE: POR FAVOR, ¡NO SE REELIJAN! OTRA VEZ
Vladimir Gessen.
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