Apreciado Marcel, como sabes estuve en la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) donde se otorgaba el Premio de la Libertad de Expresión a ti y al equipo de prensa de El Observador.
Comenté antes de tus palabras que tu discurso sería trascendente porque seguramente revelarías un proyecto a futuro, sobre el papel de RCTV y de tu propia persona, en el acontecer y los sucesos por venir en nuestra querida Venezuela. Sin embargo quedé sorprendido y extrañado al ver que en lugar de ideas y conceptos claves presentabas un video de acontecimientos en el cual tratabas de hacer ver que los culpables del cierre del canal eran otras emisoras de televisión venezolanas y no la despótica y autoritaria decisión del presidente Chávez y de los extremistas del oficialismo que impulsan en nuestro país una sociedad vigilada y controlada.
Esperaba una proclama sobre la libertad de expresión de quien la perdió en su defensa. Pensé que darías a los editores y directores de medios de toda América, un testimonio dramático y vívido sobre lo que viene, sobre los cambios constitucionales, la reelección perpetua, la selección a dedo de las otras autoridades y poderes, la supresión de la libre expresión ante “estados de excepción” que el mismo gobierno decretará a su albedrío, la suspensión del debido proceso y los riesgos del derecho a la propiedad. Pero no, no hubo estrategia, no hubo propósito, no hubo mensajes cardinales. Solamente afloró el viejo reconcomio de la competencia entre televisoras… Marcel ¿Cuál fue el mensaje?... ¿Que debieron cerrar a todos los canales además de RCTV?... No, esa no es la vía. Todos quienes defienden la libertad de expresión deben permanecer. Algunos medios privados son más pro-gobierno que otros y algunos más pro-oposición, pero todos son útiles en una sociedad que se quiere enclaustrar en un pensamiento único. Cómo quisieran en Cuba los disidentes, poder contar con las televisoras, emisoras de radio y prensa escrita que existen aun en Venezuela, con todo y la autocensura que tengan que aplicarse a sí mismas. Esta segunda línea de defensa será vital para que el plan absolutista no pueda concretarse y la libertad permanezca en Venezuela con el socialismo o el liberalismo del siglo XXI. Estoy convencido que rectificarás.
De Vladimir Gessen para Marcel Granier.
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