Si tomas el sendero de la imposición y el del despotismo, es posible que la historia se repita: Napoleón se vio obligado a rendirse incondicionalmente bajo la presión de sus altos mandos militares y, aunque regresó por cien días, fue encarcelado y desterrado a una isla.
A pesar de que no eres ni puedes ser candidato a ninguna gobernación ni alcaldía porque eres el presidente de la República, participas en la campaña de las elecciones regionales como si fueras el candidato en todas ellas.
Me imagino que esta actuación persigue algún objetivo o forma parte de una estrategia. Quizás es para evitar que ninguno de los verdaderos candidatos se proyecte en la contienda y se perfile como un líder que te pueda hacer sombra. Tal vez, para impedir que uno de ellos saque más votos que los logrados en el referéndum reelecionista que se perdió estrepitosamente y se evidencie que tiene más votos y apoyo que tu propuesta. Del mismo modo, puede ser para cantar victorias ajenas. Además, siempre se podrá decir sí se gana un estado o alcaldía que fue por el apoyo presidencial. Obviamente, sí se pierde, fue por culpa del candidato. Al final intentaras explotar lo que considerarás una victoria personal. Donde se pierda te ocuparás de “purgar” al candidato y le abrirás paso a otro “dirigente” más obediente y “cuadrado” con el proyecto.
Pero, sea cuales sean los resultados, pierdas 5, 8 o 12 gobernaciones y más de cien alcaldías, se que te proclamarás ganador y llamarás a cerrar filas porque la revolución se puede perder. Acusarás a muchos de traidores al proceso e intentarás “salvar” el socialismo del siglo XXI, a como de lugar.
Sin embargo, quisiera pensar en voz alta. ¿De verdad crees que tras los avances de la humanidad en el ejercicio de los derechos humanos puedes imponer una dictadura? ¿Qué vas a hacer con la mitad del país? ¿Piensas que se pueden ir de Venezuela 5 o 6 millones de adultos? ¿Vas a encarcelar o colocar en stadium a decenas de miles de ciudadanos como Augusto Pinochet? ¿Vas a reprimir como el general Idi Amin Dada?
Igualmente deseo expresar que los venezolanos que no comparten el socialismo “rojo-rojito” que pregona el oficialismo, tienen que suscribir esa premisa y hacerse las mismas preguntas.
El Partido Socialista Unido de Venezuela es una realidad. Un 30 por ciento de los venezolanos, o más, manifiestan su adhesión y apuestan al socialismo. Si por uno de los caminos pautados en la Carta Magna surgiera en los próximos años un nuevo gobierno con distinto planteamiento político al actual, tiene que incluir a todos los ciudadanos, de una u otra militancia o simpatía.
Comandante, luego de las próximas elecciones regionales tienes dos caminos. Uno, es el que transitas en este momento, el de la ira, la confrontación, el de la intolerancia, el excluyente. Esta vía nos llevará irremediablemente a un momento en que los diques de contención social se desbordarán. Así ha ocurrido en tantos países como los Balcanes o en África, o aquí mismo en América y en la propia Venezuela. Puedes llevarnos a una guerra civil. Lo cual te conducirá a establecer una dictadura caudillista al estilo de los Somoza, Strossner o la de los hermanos Castro, o una dictadura militar como la de Francisco Franco, Fulgencio Batista o la del general Jose Rafael Videla. También, las circunstancias te pueden empujar hacia las dictaduras ideológicas como la de Mao Tse-tung, de la que China se salvó y dejó atrás, la de Kim Il Yong en Corea comunista o las nacionalistas y socialistas dictaduras de Benito Mussolini o Adolfo Hitler.
La alternativa es apegarte a la Constitución y reconocer que el próximo 23 de noviembre, al contarse los votos surgirá la verdadera voz de los ciudadanos. Unos apoyarán a los candidatos del socialismo, otros respaldarán diversas corrientes. Se abrirán opciones que gobernarán territorios por el tiempo de su mandato. Después habrá elecciones presidenciales y llegará el final de tu propio período. Ya no tienes que hacer campaña ni por ti ni por nadie más. Te quedan 4 años en el poder para consolidar tu obra de gobierno, tu partido y dejar un legado a quienes han estado contigo y te han acompañado. Ellos con tu guía y respaldo continuarán construyendo y mejorando la propuesta política. En ese momento es posible que tu partido siga en el poder con otro presidente, o a lo mejor no. Si esto ocurre y sí son demócratas tendrán futuro en la oposición y seguramente volverán a gobernar.
En caso contrario, si tomas el sendero de la imposición y el del despotismo, es posible que la historia se repita: Napoleón se vio obligado a rendirse incondicionalmente bajo la presión de sus altos mandos militares y, aunque regresó por cien días, fue encarcelado y desterrado a una isla.
Vladimir Gessen.